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La lluvia resta público pero no puede con las coplas más callejeras

  • Los gaditanos y foráneos que se resisten a perderse uno de los días grandes buscan en algún rincón o refugio a las agrupaciones ilegales ·El carrusel de coros se cancela y algunos optan por cantar a pie de calle

A eso de las dos y media de la tarde, los coristas se refugiaban en la peña La Estrella y los bares de la plaza de Candelaria, punto de salida de uno de los itinerarios del carrusel, a la espera de que San Pedro dejara de tirar agua. "Señores, no hay carrusel, se ha suspendido, mañana a las siete y media en el local", decía a sus compañeros un componente del coro 'El cofre del tesoro'.

Pues nada, lo habían intentado. Allí estuvieron esperando bajo la lluvia, pero no pudo ser. El cielo no dio una tregua y los integrantes del coro del Lama, los de 'Mirando por Cai' o las mujeres de 'Las Pioneras' no llegaron a montarse en sus bateas. Bueno, estas últimas sí, ataviadas con chubasqueros, que se subieron para dirigirse a su local de concentración.

La lluvia aguó el día más grande de fiesta para los gaditanos, la jornada en la que las bullas son menos y las coplas se pueden escuchar sin aglomeraciones. Se veía venir y el mal tiempo que ya apuntaban las previsiones restó público a las calles. Aun así muchos fueron los que se resistieron a quedarse en su casa y buscaron alguna esquinita o rincón para escuchar alguna de las agrupaciones callejeras. Y claro, éstas tampoco se resistieron a quedarse un lunes sin cantar y alguna que otra se encontró por las calles del centro, sobre todo a primera hora de la tarde.

En la calle Barrié, cerquita de El Millonario, cantaban 'Los hombre de Baco'. "Había gente escuchando, por los menos 80 paraguas, y la gente haciendo la coreografía", decía uno de estos hombres. "Exagerao, pero unos 20 paraguas sí", decía otro. "Pero vamos, que ahora buscamos otro techito y seguimos cantando", aseguraban entre bromas los chirigoteros cuando se disponían a coger fuerzas para seguir al pie del cañón con el día como estaba.

En la misma calle, en el bar El caserón del 3x4 se escuchaban los sones del tango de 'El Patio de mi casa'. No había carrusel pero ellos se habían buscado un sitio para cantar. Como el coro de los niños, 'Las reinas del pópulo', que entonaron los suyos bajo los arcos del Ayuntamiento, en la Plaza de San Juan de Dios, justo el punto desde donde tenía que salir otro de los recorridos del carrusel. En ese punto algunos de los grupos llegaron a subirse a sus bateas pero el tiempo empeoró y no pudieron empezar el carrusel. 'El batallón de la libertad', en la Plaza, sí pudo darle a algunos tangos antes de que cayera el chaparrón, y 'El clan de los Mac Cocas', como coro callejero que es, llevaba la batea preparada con plásticos para resguardarse.

En el bar Los pabellones, muy cerquita de San Juan de Dios, la comparsa de Luis Rivero 'Boludos' hacia un pase en uno de los lugares en el que se respira Carnaval todo el año. A eso de las tres de la tarde hicieron lo propio en la escalinata de acceso al Banco de Santander, en la Plaza del Palillero. También actuó en Los Pabellones la chirigota del Pellejo, 'Santamaría pura'.

Pero el carrusel no fue el único evento tradicional suspendido. Tampoco se pudo llevar a cabo el también tradicional maratón de chirigotas del concurso de la peña La Estrella, en el tablao de la Plaza de Candelaria. Se celebrará el próximo sábado ante la imposibilidad de hacerlo ayer. Abajo de ese escenario, desafiando a la lluvia, cantaban las 'Las niñeras mágicas gaditanas' que aprovechando que ya estaban preparadas para participar actuaron para el público, que aguantaba bajo el agua que la lluvia cesara. Y bajo el mismo tablao, gente comiéndose el bocadillo, para que no se mojara la tortilla.

En Sacramento, en el tramo de calle entre Columela y Barrié, entonaban coplillas los niños karatecas de 'Karate Kid Kara wervo'. Una movidita canción sobre la gripe A hizo moverse a los presentes de un lado a otro. La lluvia era de los menos, había ganas de Carnaval.

Por los alrededores también estaban 'Los ortera cano. Un tipo con glamour' o 'Las mamachicho con cara bicho', que le daban a su primer repertorio del lunes sobre las tres de la tarde en la calle Ancha, debajo del techito del mítico establecimiento El Siglo. "Hemos intentado hacerlo antes pero nos ha llovido nada más empezar la presentación", contaba una de estas cubanas. Y tenían intención de seguir intentándolo. Allí, en Ancha, congregaron a numerosos oyentes con su presentación pegadiza. "Mira, mira, ven, ven", decía el baile de las cubanitas que Fidel Castro no quiere que vuelvan.

Y mientras tanto, muchos bares y locales se llenaban de gente, comiendo, bebiendo y huyendo de la lluvia. Dentro, algunos grupos aprovechaban para cantar sus coplas. En el local de ensayo del coro femenino 'Dando la vara' lo mismo se escuchaban tangos de este grupo que de la chirigota del Canijo, 'Los que siempre te dan la espalda'. Algunos de sus componentes librándose del agua y aprovechando de camino para tomarse una copillas. Intermitentemente, la lluvia no quiso perderse este lunes de Carnaval.

A eso de las cuatro de la tarde, mientras muchos aficionados miraban de reojo por si aparecía Noé con su arca, el cielo dio un breve respiro. Apenas una hora. Pero las ilegales, como los hongos tras la lluvia, aparecieron por todas partes. 'Los jigolós' aparecían en la esquina de Barrié con Novena después de haber cantado en el Palillero. Buscaban nueva ubicación antes de que San Pedro volviera a hacer de las suyas.

Ese punto estaba a mitad de camino de los lugares en los que las agrupaciones callejeras se resistían a rendirse al mal tiempo. Y alguna del concurso también. Como 'Las supernonys' de Fali Verdugo, que cantaba en la calle Ancha, o el cuarteto '¿Qué hacemos con el pavo?' que le daba a las parodias y los cuplés en la puerta de la Iglesia de San Pablo. O 'Los santos', que trataban de reagruparse tras la tormenta para cantar en el día más gaditano del calendario. Y 'Los falsos', la chirigota de Lobe, que se reunían en su peña de 'Los juancojones' para salir a cantar.

Entre el público, cámara en ristre y como aficionado de a pie, el presidente del jurado del Concurso del Falla, Paco Moya, parecía no haber tenido bastante con un mes de copla en el coliseo gaditano. Moya saludaba a los chirigoteros a los que juzgó hasta hace unos días con la normalidad del alumno que está satisfecho con el trabajo que ha preparado para el colegio.

En el Palillero se repartían espacio vital media docena de agrupaciones. En la puerta de Esfera, 'Los garzón en adobo', frente a ellos, otra callejera intercalaba sus cuplés.

En la puerta del Bershka, 'Los pitaones' tomaban aire para realizar otro pasesito. "Ya voy cantando sin mirar todas las letras en el libreto", bromeaba Raúl, uno de sus integrantes.

La puerta del Banco de Santander había sido tomada por un grupo de novias, de las que van al altar. 'Las novias a la fuga' explicaban en su estribillo sus peripecias. "Iiiiiiinnn... el ramo es tuyo. Mejor te doy a mi novio, pa mí el ramo y pa tí el capullo", concluía su estribillo interactivo. Entre las componentes, las parejas de algunos 'Santos', de 'Los famosos', de 'Los de San Juan'... En la primera fila sonaba un móvil bajo un paraguas. "Ahora te llamo, que estoy escuchando la chirigota de mi hermana". Eso sí, armada con el instrumento contra la lluvia no podía aplaudir.

Los rincones con opciones para cantar en la plaza lo completaba el coro a pie, 'El patio de mi casa', que cantaba en la entrada del Centro del Palillero. Cuplés y tangos se iban alternando con las gotas de lluvia.

Las callejeras buscan su hábitat natural conforme avanzaba la tarde. Así, el camino de la Torre Tavira se llenaba de estas agrupaciones. 'Las mama chicho' o 'No hay dolor' se encontraban entre ellas. La segunda representan a unos fakires recién llegados de la India. Mientras interpretaban su popurrí junto a El Millonario el cielo volvió a descargar de lo lindo. "Qué alegría de lluvia", comentaba uno de los integrantes del grupo. Pero fue acabar el 'popu' comenzar prácticamente a diluviar, algo que dio pie al cachondeíto con el emblemático establecimiento que estaba al lado. "Lástima que éste cerrado, si no le compramos unos manguitos porque vamos a salir nadando. Qué pecha de lluvia", vociferaba uno de los fakires. "Humildad no sale", bromeaban por otro lado como si fuera Semana Santa.

Los 'Guatifalien', la chirigota callejera que es la cabeza de ese iceberg que llena de colorido y coplas las calles del centro durante los días de Carnaval, se protegían de los goterones como podían. Esa fue la mejor señal para que quedara claro que, al menos por la tarde, la cosa no daba para más.

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