AGR Andalucía

Empresas agrarias sobreviven a la crisis trabajando en Marruecos

  • Muchos grupos andaluces de ingeniería y consultoría han encontrado en el país vecino oportunidades de negocios. La plantación de olivares intensivos es lo más demandado.

La expansión de la agricultura marroquí y las facilidades que el país vecino ha dado a las empresas extranjeras para que se instalen y le ayuden a llevar a cabo los ambiciosos proyectos de modernización de su agricultura han venido a salvar a muchas empresas andaluzas y españolas de la muerte por crisis que les esperaba aquí. Además, muchas de estas empresas están aprovechando su presencia en Marruecos para saltar desde allí a otros países africanos, caso de Argelia, Senegal, Ghana o Gambia.

La llegada de empresas españolas a Marruecos ha tenido varias fases, desde que en 1995 el país comenzó a abrirse a la inversión extranjera con facilidades fiscales y administrativas. Al hilo de la puesta en marcha del plan Marroc Vert, lanzado en abril 2008 por el rey Mohammed VI, muchos inversores y empresarios agrícolas dirigieron su vista hacia Marruecos y se hicieron con explotaciones, sobre todo de fresas, hortalizas y frutas, pero también de arroz y olivar. El tratado de libre comercio con la UE (1996) y sobre todo el acuerdo de Asociación entre Marruecos y la UE del año 2000 fueron factores claves en ese boom de la inversión en Marruecos. En los últimos años, sin embargo, las oportunidades para las empresas españolas vienen por otro camino: Marruecos se está modernizando a buen ritmo y tiene abundantes fondos para obra pública y privada en el sector de agroalimentación.

Así, el negocio en Marruecos ya no es sólo cultivar fresas o tomates a mejor precio que en España y con tierras más asequibles -aunque esto sigue siendo negocio-; las nuevas oportunidades están llegando para las empresas de servicios agrarios andaluzas, altamente cualificadas, que están consiguiendo jugosos contratos de empresas marroquíes, de inversores internacionales e incluso del propio Gobierno de Marruecos.

Es el caso de empresas andaluzas como Tepro, CBH, Todolivo o Olivonoble, todas ellas con un pie en Andalucía y otro en Marruecos y orientadas hacia la consultoría e ingeniería agrícola. El factor común es que en Marruecos vienen logrando proyectos importantes que no sólo les han permitido añadir ceros a sus cuentas de resultados sino que, desde Marruecos, se están abriendo paso -o al menos están en vías de hacerlo- a otros países del Magreb o de África subsahariana en los que también se otean oportunidades de negocio.

CBH, por poner un ejemplo, logró el encargo de plantar más de 4.000 hectáreas de olivar, para el mayor grupo agroalimentario de Marruecos, Lesieur-Cristal, y también la dirección técnica de los olivares de otros grandes grupos olivícolas a nivel mundial, como es Soprolive, propiedad, en parte, de la multinacional Sovena, interproveedora de aceites para Mercadona. CBH ha sido también la adjudicataria de varios lotes del Proyecto Milenium, que cofinancia Marruecos con el Gobierno de EEUU y cuyo objetivo es el desarrollo de zonas desfavorecidas para su posterior gestión por parte de las comunidades locales. En la primera fase de este proyecto ya se han plantado 12.000 hectáreas de olivar.

Olivonoble es otra empresa que se ha situado espléndidamente en Marruecos, en donde cuenta con importantes clientes e inversores, para los que gestiona actualmente 8.000 hectáreas de olivar. Esta empresa tampoco invierte directamente en Marruecos -no compra tierras- sino que ofrece un servicio integral de consultoría y de puesta en marcha de olivares intensivos y almazaras que luego entrega ya funcionando y con el personal local perfectamente capacitado para seguir adelante con la gestión de las empresas. "Son contratos de unos cinco años -explica uno de sus responsables- en los que nos hacemos cargo de todo".

Otra forma de trabajar en Marruecos es la de Todolivo que ha optado por no tener sede en el país norteafricano sino por desplazarse cada vez que tienen que hacer un proyecto o atender a un cliente. Y así lo llevan haciendo desde 2006, según explica uno de sus directivos, Alfonso Gómez. Desde esa fecha hasta ahora han plantado 4.500 hectáreas de olivar en seto -su especialidad- para distintos clientes, en su mayoría marroquíes. Entre estos clientes destacan empresas como Olea Capital, para la que plantaron 550 hectáreas, o Los Dos Dominios, con 390 hectáreas de olivar en seto. Con esta misma forma de trabajar, Todolivo ha llevado a cabo proyectos de instalaciones de olivar en países de toda la cuenca Mediterránea, desde Túnez a Egipto, pasando por Siria, aunque estos últimos destinos los tienen abandonados últimamente por la difícil situación política que atraviesan. Esta empresa ha trabajado también en Chile y en Europa, concretamente en el sur de Francia, en Portugal y Croacia.

Tepro, con sede principal en Sevilla pero que trabaja toda Andalucía y en Extremadura, se ha internacionalizado hacia Portugal, Bulgaria y Marruecos, en donde se asentó -bajo la firma Betepro- en el año 2004. Sin embargo, según explica uno de los responsables de la firma, Manuel Ruiz, a diferencia de su especialidad en España, que es la gestión de fincas, en Marruecos se han orientado más hacia los proyectos de ingeniería y consultoría especializada. Entre los trabajos más importantes que han realizado allí señalan el matadero de Alhucemas, algunas naves industriales en el puerto de Tánger, aunque también han realizado los estudios técnicos para proyectos de regadío por encargo del Gobierno marroquí o incluso los de puesta en marcha de una central lechera. Según Ruiz. En la actualidad la empresa está dirigiendo su interés hacia otros países de África, caso de Ghana, en donde tienen a la vista un proyecto para diseñar la logística de almacenamiento de granos.

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