AGR Andalucía

La Junta reivindica que la política de aguas no sea motivo de disputa partidista

  • El director de Estructuras Agrarias cree que la agricultura y el regadío deben ser sectores estratégicos

"Políticamente, la agricultura no ha sido nunca un sector estratégico". Así de rotundo se mostró José Pliego, director general de Estructuras Agrarias de la Consejería de Agricultura, que reivindicó la importancia del sector y la necesidad de que en políticas como el regadío todos los partidos e instituciones vayan de la mano. "Si apostamos por un modelo de desarrollo rural para fijar la población en el campo tenemos que poner dinero público sobre la mesa. Porque para que esto sea sostenible, hay que tomar medidas políticas", afirmó. Y a continuación apostó por la unidad política en un tema tan sensible como el agua: "No es un tema de Estado y debería serlo. Tener enfrentamientos políticos en este tema es un error de bulto".

Pliego recordó que 16 millones de españoles viven en el medio rural y que el cambio climático influirá en un recurso ya de por sí escaso como el agua. "Necesitamos perspectiva de tiempo. Lo que tengamos que hacer tiene que ser a 50 años vista".

Carlos Gómez, subdirector de Agua de Tragsa, aportó su propia visión del camino a seguir. Para él, el problema no es que España sea un país seco, que no lo es, sino la enorme variabilidad temporal -años de lluvias combinados con otros de sequía- y geográfica -zonas muy secas frente a otras muy húmedas-. "¿Por qué no llevo de agua de los sitios donde sobra a aquellas regiones donde falta? ¿Por qué nos tenemos que preocupar de dónde vienen los metros cúbicos de agua y no de los kilovatios? ¿Qué tiene el agua para que le podamos poner un sello?".

Quizás en lo teórico a Carlos Gómez no le falte razón. Pero una cosa es el papel y otra la realidad. Y así lo puso de manifiesto Juan Saura, director técnico de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Aportó un ejemplo: el procedimiento de trasvase de un hectómetro cúbico desde el Negratín (Almería) a Puerto Lumbreras (Murcia) ha durado dos años. "Eso equivale al agua que se evapora en una semana de verano en el pantano de Iznajar (Córdoba). Los trasvases no son algo tan fácil: hay una limitación económica por las infraestructuras necesarias y además hay que tener en cuenta el impacto ambiental".

Saura no dudó, además, de que en el futuro el recurso agua será más escaso, "a pesar de que ahora se viva en una sensación de que sobra". "El cambio climático aumentará la irregularidad (más lluvia en los años húmedos y menos en los secos) y eso se traduce en menos disponibilidad, ya que cuando llueva mucho no se podrá embalsar todo. El agua es un problema que necesita un pacto de Estado importante", resumió Saura, en la misma línea que el director de Estructuras Agrarias de la Junta de Andalucía.

Ya se ha recorrido camino, e importante, al menos en el regadío. "El esfuerzo que se ha hecho no ha sido en balde, todo el mundo dispone de herramientas para un mejor uso del agua. Hay un marco general", afirmó Saura. Antonio Escamilla, de Aquagest, se preguntó qué hubiera sido del país si no se hubiera modernizado un sector que ha hecho de sostén durante la crisis. "La crisis hubiera sido mucho peor y hubiéramos asistido a emigraciones masivas", afirmó.

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