Histórico

Fusión de tradiciones

  • Con motivo del aumento de seguidores de Halloween, la asociación de vecinos fusiona esta fiesta anglosajona con la tradicional castañada para crear un nuevo concepto de fiesta.

La noche del 31 de octubre al 1 de noviembre se celebra la festividad de todos los santos. Tradicionalmente en nuestro barrio se celebraba una fiesta alrededor de una hoguera donde se asaban castañas, esta festividad se asemejaba a la castañada o magosto propio del norte de España.

 

La castañada era la excusa para organizar un encuentro de vecinos donde se bailaba y se cantaba alrededor de la fogata mientras los más jóvenes disfrutaban de juegos populares.

 

Con el paso de los años y la llegada de la moda de Halloween, se comenzó a perder esta tradición y los niños dejaron de participar en los juegos populares para disfrazarse e ir de puerta en puerta pidiendo caramelos y chuches.

 

No somos unos puristas en este barrio a la hora de adoptar nuevas modas por tanto esa noche podías encontrar a niños vestidos no sólo de seres fantásticos y terroríficos como la moda yanqui impone sino que la variedad de gustos o mejor dicho la disponibilidad de disfraces acerca más a la tradición carnavalera esta fiesta. Es curioso ver a un niño vestido de vampiro junto a otra vestida de caperucita, y por supuesto son pocos los que usan el tradicional discurso de “Truco o trato”, su técnica es más tradicional, poner cara de pena y pedir caramelos sin más explicaciones.

 

Muchos vecinos mayores se han animado a disfrazarse pero son muchos otros los que reivindican esos momentos plaza Larga sentados en las sillas de enea comiendo castañas asadas y disfrutando del ambiente familiar que caracteriza a nuestro barrio.

 

Uniendo ambas tendencias de la fiesta, la Asociación de vecinos del Albayzín organiza la noche del 30 de noviembre la Castañada Terrorífica, una velada en la que unificará la tradición anglosajona, con un pasaje del terror a cargo del Grupo Scout Albayzín en Plaza Larga y una castañada con pasacalles y música en el paseo de los Tristes, así generan dos espacios de celebración que unifican tradición y moda.

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