tribuna de opinión

Andalucía, ¿libre del impuesto de Sucesiones?

  • El líder del PP regional no se conforma con la reforma del tributo pactada por la Junta con Ciudadanos y anuncia que seguirá dando batalla hasta que la bonificación sea del 99%

Andalucía, ¿libre del impuesto de Sucesiones?

Andalucía, ¿libre del impuesto de Sucesiones?

La expresión es muy gráfica: "Lo que hace la Junta cuando un andaluz se muere es meterle la mano en la chaqueta y quitarle la cartera". Lo explicaba así un afectado en la puerta del Parlamento el pasado 19 de julio, cuando PSOE, Podemos e IU rechazaron una vez más la propuesta del PP andaluz para eliminar en nuestra comunidad el impuesto de Sucesiones y Donaciones a familiares directos.

Al día siguiente tuve ocasión de advertirle a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en un debate parlamentario: "Usted no se ha enterado, pero esta batalla la ha perdido (…) Ha dicho que ése es un impuesto para ricos y va a tener que reformar ese impuesto. Si es un impuesto para ricos, ¿por qué lo va a tener que reformar?".

Era evidente que la batalla la había perdido Susana Díaz y la había ganado la calle. De ahí la reforma que se ha anunciado para el año 2018 para las herencias inferiores al millón de euros. Pero aquí no acaba el camino, porque todavía hay mucho que recorrer para que se haga verdadera justicia social en Andalucía.

Nuestra guerra contra el impuesto de Sucesiones y Donaciones seguirá abierta hasta que no logremos para Andalucía bonificar al 99% el impuesto a las herencias para descendientes, cónyuges y parejas de hecho, como ocurre por ejemplo en la Comunidad de Madrid. Además, hay que proteger las pequeñas herencias entre hermanos o sobrinos de clases medias y trabajadoras de la voracidad fiscal de la Junta de Andalucía.

La reforma anunciada será un paso adelante, pero insuficiente. En el PP andaluz lo tenemos muy claro, clarísimo: los hijos no deben pagar por heredar de sus padres, porque ese patrimonio lo han ganado con su trabajo y es suyo. Las viudas no deben pagar por heredar de sus maridos, porque ya pagaron impuestos por ese patrimonio reunido durante toda su vida y es suyo.

La primera batalla la ganamos -no el PP, sino los andaluces- cuando Ciudadanos (C's), se sumó a nuestra reivindicación para acabar con este impuesto. El éxito de la formación naranja no está en su estrategia ni en su preocupación por los andaluces sino en la aritmética, ya que tiene los ocho diputados que necesita Susana Díaz para poder gobernar.

Hace dos años, este asunto no era una prioridad para ellos, como demuestra el hecho de que, en el pacto de investidura que firmaron con el PSOE no se hace mención alguna a eliminar el impuesto de las herencias. Pero la presión de la calle, de la sociedad civil de Andalucía, que firmó masivamente en la campaña del PP andaluz Que no te quiten tu herencia, los ha hecho rectificar.

Para nosotros fue una puerta a la esperanza ver que C's votó a favor de nuestra propuesta del 19 de julio para bonificar al 99% el impuesto de Sucesiones y Donaciones. Por eso, los animo a permanecer en el centro político sin dejarse arrastrar por los complejos y los cantos de sirena de la izquierda populista.

Uno de los principios que enarbola el partido de Albert Rivera es la rebaja de impuestos y C's en Andalucía tiene la oportunidad de ser fiel a este compromiso apoyando la enmienda que el PP presentará a los Presupuestos de la Junta de 2018 para una eliminación real, de verdad, del impuesto de Sucesiones. Sin conformismos, sin medias tintas. Hay que recordar que no hay razones presupuestarias para no hacerlo, ya que la recaudación por el impuesto de Sucesiones no llega ni al 0,5% de los ingresos de la Junta de Andalucía y que si el Gobierno andaluz se bonifica el impuesto va a recaudar más, como ha sucedido en Madrid.

El paso adelante que supone la última reforma pactada entre PSOE y C's es positivo pero, como venimos diciendo, insuficiente y tardío. Insuficiente porque no derriba la barrera ideológica de la izquierda que obliga a las familias a pagar por lo que siempre ha sido suyo. Y porque no sirve para evitar el éxodo fiscal a otras comunidades autónomas, que todos los años nos hace perder mucho dinero, porque cuando una persona (física o jurídica) establece su domicilio fiscal en otro territorio, deja de pagar aquí por todos los impuestos. Para crear empleo, aumentar nuestra competitividad y generar riqueza es primordial hacer la comunidad atractiva desde el punto de vista fiscal.

También llega con retraso porque sin el empecinamiento del PSOE y sin la complacencia de C's, el impuesto sería historia desde el principio de la legislatura y se hubiera evitado el calvario de miles de familias.

PSOE y C's han llegado a un acuerdo con prisas, con la urgencia unos de garantizarse el apoyo presupuestario y otros de colgarse una medalla, sólo días después de que el PP lanzara su segunda campaña informativa contra el impuesto bajo el lema Andalucía libre del impuesto de sucesiones ya.

Por eso, se han olvidado de las donaciones. Todos conocemos casos, frecuentes sobre todo en la Andalucía del interior, en los pequeños pueblos de nuestra tierra, de padres que donan a sus hijos una cantidad económica, una vivienda o el solar donde construirla, cuando deciden emanciparse. Estas donaciones en vida entre padres e hijos, o entre abuelos y nietos, deben gozar de los mismos beneficios fiscales.

Es necesario abordar una reforma que de verdad elimine en la práctica el impuesto de sucesiones y donaciones. El clamor popular que existe en Andalucía contra este tributo no puede solventarse con una solución incompleta, porque la sociedad andaluza no va a consentir sentirse engañada.

Escucho estos días con sorpresa a algunos dirigentes políticos afirmar con euforia que el impuesto de Sucesiones y Donaciones ha pasado a la historia en Andalucía, cuando saben que eso no es verdad. Pocas cosas generan más frustración que crear expectativas falsas a la población y en Andalucía seguirá habiendo hijos que paguen por heredar de sus padres, viudas que tengan que pagar un elevado tributo por heredar de sus maridos y hermanos y sobrinos que se vean obligados a renunciar a herencias modestas por no poder hacer frente a las exigencias fiscales de la Junta de Andalucía.

Por eso, pido al PSOE y a C's que abandonen los complejos, que se sumen a una reivindicación justa y razonable, que no sólo protege el patrimonio ahorrado durante toda una vida sino que también defiende el concepto de unidad familiar. Los que dicen que el impuesto se ha eliminado en la práctica corren el riesgo de que, dentro de no mucho tiempo, los andaluces sientan que los han engañado.

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