Crónica personal

Destrozado, dividido, roto

  • Esta contienda debilita a un partido que, por el bien de España, ha de estar fuerte y unido

A los pocos minutos de conocerse el resultado de las primarias, Antonio Hernando anunciaba su renuncia como portavoz del grupo parlamentario del Congreso. En la mañana siguiente era Ramón Areces quien renunciaba a ser portavoz en el Senado. La que será portavoz probablemente tras el congreso de junio, Adriana Lastra, decía que los barones deberían ir pidiendo perdón a Pedro Sánchez, se supone que por haber apoyado a Susana Díaz. La diputada asturiana viene con el hacha en la mano antes incluso de iniciar la contienda. Porque es una contienda la que se vive en el PSOE, y la consecuencia será la debilidad de un partido que, por el bien de España, necesita estar fuerte y unido.

En el ala de Sánchez explican, eufóricos, que el PSOE crecerá con su giro a la izquierda porque recuperarán los votos que se fueron a Podemos. Es probable, pero ese giro puede suponer también que se vaya hacia la derecha, sobre todo a Ciudadanos, el voto de socialistas que no se sienten representados por Sánchez. Hay motivos para la preocupación, entre otras razones porque se ha conocido ahora, a través de El País, que Puigdemont y los suyos tienen preparado el desenganche de Cataluña.

Para hacer frente a un reto de tanta gravedad hace falta un Gobierno con coraje y una oposición decidida a impedir la ruptura de España y, mal que le pese a Pedro Sánchez, hasta ahora no se le han visto ideas muy claras sobre cómo responder al reto independentista.

Dirigentes importantes del PSOE están en las antípodas del modelo territorial de Sánchez y de otros aspectos de su proyecto de futuro, lo que profundiza en lo que ya antes de las primarias era un hecho palpable: el partido está total y absolutamente roto, dividido. Destrozado, si nadie lo remedia. Y no se ve una figura capaz de dedicarse a ponerlo en pie.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios