El Consejo de Ministros dio ayer luz verde a una versión depurada del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL); una segunda fase con menos recursos, de los 8.000 de 2009 a 5.000 millones para el próximo año, pero que se abre a nuevas posibilidades. Ya no serán sólo obras, sino que los ayuntamientos podrán financiar con estos recursos proyectos orientados hacia esa economía sostenible que preconiza el Gobierno, es decir, iniciativas medioambientales y de innovación, pero también para canalizar políticas sociales, educativas y desarrollo de la Ley de Dependencia.

Otra de las novedades, y que satisface una de las grandes demandas de los ayuntamientos, es que de esos 5.000 millones un 20% lo podrán destinar a sufragar el gasto corriente, una de las losas que más asfixia en estos momentos a los alcaldes y que les ayudará a perfilar sus próximos presupuestos municipales. Pero, eso sí, será aquel gasto corriente que vaya relacionado con los servicios sociales, educativos o de dependencia. Como aclaró el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, "el fondo es de creación de empleo y no para pagar deudas", y se arbitrarán mecanismos de control para supervisar que el dinero llegue para los fines para los que está consignado.

Este balón de oxígeno del Gobierno hacia los ayuntamientos se traducirá en Andalucía en 890 millones a repartir entre sus 771 ayuntamientos. De esta cantidad, el 20% equivale a 178 millones que podrán ir a sufragar gasto corriente.

De entre las mejoras a este fondo realizadas por el Gobierno también destaca que los ayuntamientos recibirán en esta ocasión el 85%, frente al 70% de este año, y se abre la puerta a que el 15% restante podrá ser adelantado por la banca.

En el PP no están muy convencidos con el criterio de población que el Gobierno aplica para el reparto de estos fondos y abogan porque se tenga en cuenta el nivel de desempleo, tal y como ayer defendió el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.