El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, anunció ayer en Madrid, donde participó en el Fórum Europa, que "la suspensión de los vuelos entre Madrid y el Peñón no se va a prologar mucho tiempo. Se está hablando con una compañía para el enlace con Madrid (extensible a Barcelona y Valencia), aunque prefiero actuar con cautela y discreción y no dar su nombre porque después comienzan las presiones comerciales", explicó el mandatario gibraltareño durante su intervención.

El político socialdemócrata rechazó que la suspensión de los vuelos de Iberia haya puesto de manifiesto el fracaso del acuerdo de Córdoba, cerrado por España, el Reino Unido y Gibraltar el 18 de septiembre de 2006 dentro del Foro de Diálogo, aunque admitió que la expansión del uso del aeropuerto era la "visualización" del mismo.

"El acuerdo de Córdoba -añadió- fue un acuerdo político para eliminar obstáculos políticos, y eso está hecho para siempre, y no se suscribió para que Iberia pusiera un vuelo", puntualizó.

Para el ministro principal de Gibraltar, dicho acuerdo "ha sido un éxito político. Lo de las pensiones está solucionado; lo de la sede del Instituto Cervantes está en marcha; la fluidez en la frontera está mejor aunque hay que seguir trabajando en ello, y el problema de la telefonía está resuelto para siempre", añadió el dirigente gibraltareño.

Asimismo, el ministro principal de Gibraltar se mostró convencido que "es posible" que los gobiernos de España y Gran Bretaña lleguen a un acuerdo que permita garantizar la seguridad naval y la protección del medio ambiente en el Estrecho de Gibraltar. "Tenemos la obligación de buscar las fórmulas para proteger el medio ambiente, para proteger la seguridad naval, y para protegernos contra los delincuentes, pese a los problemas políticos que nos separan", agregó Caruana.

Para alcanzar un acuerdo, el mandatario gibraltareño dijo estar dispuesto a "llegar hasta el mismo extremo al que llegaría el Estado español: hasta que no supusiera una cesión por nuestra parte de nuestra postura en materia de soberanía de aguas; para España esa es la misma línea roja".

"Lo que no podemos permitir es que por el hecho de que exista un problema político haya falta de seguridad naval y, por tanto, que haya amenazas al medio ambiente", explicó el primer gobernante de Gibraltar, quien rechazó, en la misma línea, que en el Peñon se esté permitiendo un "bunkering -trasvase de combustible- descontrolado".

Por otro lado, Caruana no descartó que en el futuro los gibraltareños puedan convertirse en españoles, pero dejó claro que "Gibraltar no será español ni en sueños sin consentirlo su pueblo".

En su opinión, la recuperación de la soberanía contra la voluntad de la ciudadanía gibraltareña sería un "desprestigio" para el Gobierno de España, no se entendería en la Unión Europea (UE) y tampoco lo permitiría el Reino Unido.

El ministro principal de Gibraltar apuntó además que sería "inaceptable" e, incluso, "ilegal" permitir a España recobrar Gibraltar porque "hace 300 años hubo una población que sufrió lo mismo. Lo que no puede haber en el siglo XXI es una solución a un problema del siglo XVIII con una solución del siglo XVIII y no del siglo XXI", sentenció Caruana durante su comparecencia en el Fórum Europa.

Peter Caruana participó ayer en Madrid, invitado por el Forum Europa, en un desayuno informativo que tuvo lugar en el Hotel Ritz de la capital española. No es la primera vez que el representante político del Peñón acude a un acto de estas características. En el mismo coincidió con políticos de la comarca como José Carracao y de la provincia como Rafael Román, ex presidente de la Diputación Provincial.