Andalucía

El Gobierno promete a Andalucía su recuperación económica y social

El Gobierno central no va a dejar de tener gestos con Andalucía ahora que ya se sabe que las elecciones autonómicas serán el 25 de marzo, fecha clave para que el PP logre hacerse con una de las dos comunidades que le quedan al PSOE. La promesa de la recuperación social y económica de esta comunidad, que atesora la cifra de paro más elevada del país, con uno de los cuatro millones de desempleados existentes, le tocó ayer al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, que mostró este compromiso del Ejecutivo de Mariano Rajoy con esta comunidad a la que "le hace falta un cambio para que se levante contra la resignación y el paro y para que despierte la esperanza de sus jóvenes".

Montoro, que asistió en Málaga a la inauguración de la Convención Autonómica del PP-A, hizo hincapié en que "el cambio político en Andalucía va a sentar la esperanza, la confianza y la imagen de España, comprometida con los valores del crecimiento económico, la creación de empleo, la prosperidad y la igualdad de oportunidades para todos". Al final de la legislatura del Gobierno central, según aseguró, "habrán vuelto el crecimiento y la creación de empleo y cada uno de nosotros pagaremos menos impuestos y, además, las cuentas públicas estarán equilibradas y volverán a ser transparentes".

Algo que, desde luego, no vio en los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2012. Unas cuentas elaboradas "con los ingresos inflados con anticipos a cuenta hechos en un escenario económico muy lejos del real", dijo. Por ello, rechazó, como argumentaban los socialistas, que las medidas del Gobierno central supongan que éste deje de destinar a la comunidad andaluza 2.000 millones: "llama recortes de Mariano Rajoy a lo que es inflar los ingresos de su presupuesto". "Eso es falsear un presupuesto", apostilló, y pidió "transparencia" en las cuentas y "menos demagogia política".

Las declaraciones de Montoro se enmarcan en el cónclave popular, que ayer vivió su primera jornada, y que sitúan a Málaga como casilla de salida del PP y el PSOE en el inicio de los movimientos en la batalla por el Gobierno de la Junta. Porque mientras los populares reúnen desde ayer en la capital de la Costa del Sol a sus grandes líderes, con Javier Arenas y Mariano Rajoy como exponentes, los socialistas traen al feudo malagueño la contienda interna que Alfredo Pérez Rubalcaba (hoy en la ciudad) y Carme Chacón (el lunes) mantienen por dirigir la organización en los próximos años. Una confrontación marcada por el peso orgánico del PSOE andaluz y por la trascendencia que para el futuro tiene mantener el poder en Andalucía.

El cónclave popular vive hoy su día grande, con la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que tras semanas de silencio vuelve a protagonizar un acto público. Pero ayer tuvo su pistoletazo de salida con la intervención de sus lugartenientes, Cristóbal Montoro y Javier Arenas, candidato a la Junta y máximo dirigente del PP-A.

El primero, acompañado por el secretario general del PP-A, Antonio Sanz, y por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, inauguró la convención con el anuncio de la decisión del Gobierno de aplazar en diez años las devoluciones que las comunidades autónomas y los ayuntamientos tienen que hacer al Estado por los anticipos a cuenta, medida con la que "favorecer" su liquidez.

Su mensaje de tranquilizar a los españoles ante los tiempos que se avecinan, los combinó con continuas cargas de profundidad hacia la gestión del anterior Gobierno del PSOE, afirmando que su herencia es un país "en recesión". "Es imposible que el PSOE gobierne con cuentas claras, no entienden lo que es la transparencia", espetó.

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