Armonización fiscal y una reforma de la financiación justa constituyen las principales reivindicaciones que el Gobierno andaluz ha incluido en su tradicional declaración institucional con motivo del Día de Andalucía, y que fue leída por su vicepresidente y consejero de Presidencia y Administración Local, Manuel Jiménez Barrios, tras el Consejo de Gobierno de ayer. "Andalucía padece un severo agravio por la incorrecta aplicación de la financiación autonómica y tiene autoridad para reclamar una operación de armonización tributaria que debe liderar el Estado", señaló Jiménez Barrios, que insistió en que "se impone el punto final al comportamiento sin pudor de algunos gobiernos autonómicos que bajan los tipos impositivos y reabren la brecha entre las regiones con más recursos y las peor financiadas".

El Gobierno andaluz también reivindicó el proceso de la autonomía política para "facilitar a Andalucía una voz propia en el conjunto de España" y convertirse en "garante de un desarrollo armónico de este país". En su opinión, "el empuje de los andaluces" obligó a generalizar un proceso de descentralización "que se había concebido de un modo elitista, reservado para unos pocos, para crear una España a dos velocidades". "El rendimiento de la autonomía ha sido beneficioso aunque persistan problemas en el día a día de los andaluces", sostuvo en su discurso, donde recordó que el analfabetismo en Andalucía triplicaba en 1981 la tasa de España y "hoy la tasa bruta de graduación univesitaria de Andalucía es equivalente a la de España".

En su balance de casi cuatro décadas de autogobierno, el vicepresidente de la Junta recalcó que la comunidad "ha demostrado su nula voluntad de construir un nacionalismo andaluz rupturista". Jiménez Barrios apuntó a la reforma del Estatuto en 2007 como un ejemplo de que "Andalucía ha aportado siempre sensatez y equilibrio al debate territorial".