El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva recibió ayer el III Premio Libertad Cortes de Cádiz como un homenaje al pueblo brasileño, protagonista de una "verdadera revolución" que ha demostrado que el desarrollo económico "tiene que estar al servicio" de la reducción de las desigualdades. Lula recogió el galardón en la Casa de Iberoamérica de Cádiz de manos de la alcaldesa, Teófila Martínez, en un acto en el que el ex presidente brasileño culpó de la crisis económica a la "irresponsabilidad de los gobiernos" por permitir que "los bancos" se hayan dedicado a financiar "la especulación".

"Lo que vivimos hoy no es culpa de España, Portugal o Grecia", dijo Lula da Silva, que lamentó que estos países estén viviendo "momentos tan difíciles", y recordó que Brasil ha logrado convertirse en la séptima potencia económica mundial y aspira a convertirse en la quinta "dando un salto cualitativo en pro de la justicia social".