La decisión de cerrar el Instituto Cervantes en Gibraltar, ordenada por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, fue criticada ayer desde el Gobierno andaluz y el Peñón. El vicepresidente de la Junta y consejero de Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, consideró que "no es de recibo", al tiempo que arremetió contra el jefe de la diplomacia española por su "tono y formas" utilizadas para justificar el cierre. Jiménez Barrios expresó el asombro que le produjeron las palabras de García-Margallo, cuando dijo que en Gibraltar, "salvo los simios, todos hablan español".

A juicio del número dos del Ejecutivo autonómico, el cierre del Instituto Cervantes "no es más que una nueva pasada del Gobierno, que intenta como siempre envolverse en la bandera española y lo patriota para hacer campaña". "No me parece de recibo y hay que seguir manteniendo esa institución que tanto bien está haciendo por la enseñanza del castellano en el mundo y especialmente en este caso", subrayó Jiménez Barrios.

Desde la provincia de Cádiz, el delegado de la Junta, Fernando López Gil, advirtió que "no ayudan a la mejor convivencia con Gibraltar" la decisión y las manifestaciones de García-Margallo, López Gil destacó que la Junta hace "un esfuerzo" por "llevarse bien" con Gibraltar y Marruecos "porque son aliados estratégicos y sirven de ayuda". Según el delegado de la Junta, "todo lo que no sea entender que los vecinos son una fuente de ayuda generalmente y no de confrontación, es intentar desviar la atención hacia un elemento que no nos conviene".

El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, también criticó al ministro de Asuntos Exteriores por sus alusiones a Gibraltar como "territorio español", y por la frase "salvo los simios, todos saben hablar en español". Picardo se ha mostrado "muy contento" por las reacciones de Jiménez Barrios, López Gil y de representantes del Campo de Gibraltar del PSOE e IU.