Málaga

Muere asesinada una mujer que había denunciado amenazas de su ex pareja

  • La Guardia Civil también investiga el móvil del robo, después de llamar a declarar al ex novio, contra el que no encontró pruebas · La pareja tenía una tormentosa relación desde su separación hace un año

Una mujer de algo más de 40 años, Lucía G. P., fue asesinada el miércoles sobre las cinco y media de la tarde en su casa de Alhaurín de la Torre (Málaga), en el núcleo rural de Arroyo Gragea. Encontraron su cuerpo flotando boca abajo en la piscina de la vivienda, junto a un pequeño charco de sangre en el bordillo. Unos metros antes, en la entrada, aparecían en el suelo un monedero y un bolso abiertos y un pequeño rastro de sangre.

Dos médicos forenses le practicaron la autopsia al cuerpo ayer por la mañana y certificaron que las lesiones se corresponden con un homicidio. La mujer habría recibido varios golpes y presentaba alguna herida incisa que pudo ser ocasionada con un arma blanca, según confirmaron fuentes cercanas a la investigación. Aunque no había signos de que la puerta de la vivienda hubiera sido forzada, no se descarta que pudiera tratarse de un robo, ya que han proliferado en la zona estas semanas.

Sin embargo, la tormentosa relación que la mujer fallecida mantenía con su ex pareja, M. A. H., de unos 40 años, con la que tenía una hija de 13, hace que también se investigue la posibilidad de la violencia machista como móvil.

Lucía había presentado varias denuncias por maltrato psicológico ante el centro de la mujer del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre. El alcalde, Joaquín Villanova, recordó que la víctima también había denunciado amenazas en el cuartel de la Guardia Civil, pero que éstas no fueron estimadas por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 1 de Málaga, que descartó imponer una orden de protección a la mujer.

El mismo miércoles, la Guardia Civil llamó a la ex pareja para pedirle que fuera declarar, sin que se encontraran pruebas incriminatorias contra ellos.

Cuentan algunos vecinos y amigos de la pareja que su relación era insostenible. Tras la separación, hace un año, una sentencia judicial acordó que ella se quedaría con la casa, en la que vivía junto a su hija, y que él podría seguir explotando su negocio, un centro de animales que funcionaba como depósito de ejemplares exóticos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), ubicado en la misma parcela. Las relaciones cada vez estaban más enquistadas, pero ellos se veían casi a diario porque él visitaba a la hija y debía alimentar a los animales.

"Habían entrado en una dinámica muy peligrosa: ella lo denunciaba por malos tratos cada dos por tres sin ningún fundamento y él había llegado a pedir algunas veces a la Guardia Civil que lo acompañara a la casa para que ella no pudiera acusarlo", explicó un amigo de ambos. Éste admite también que él tampoco ocultaba su nueva relación y que "intentaba darle celos y molestarla para que se aburriera y se fuera de la casa", dijo.

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