El presidente de la Diputación de Málaga, el popular Elías Bendodo, asumió ayer "como una obligación", que Málaga sea líder del crecimiento económico, del desarrollo y progreso de Andalucía y consideró que la provincia ha de "tirar del carro y hacerlo con especial fuerza" para que la región "no se queda atrás en la recuperación".

En su primer discurso tras ser reelegido, con los 15 votos del PP y los dos de Ciudadanos tras el acuerdo de investidura, Bendodo tendió la mano a la oposición en una nueva etapa de diálogo, negociación y "la construcción de acuerdos ".

En un pleno de constitución, respaldado por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el presidente del PP-A, Juanma Moreno; el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, entre otros, sostuvo que gobernar "es pactar", con la gente, con los alcaldes, con los gobiernos nacional y regional, con los trabajadores de la institución y con los partidos con representación: PSOE, Ciudadanos, IU-Para la Gente y Málaga Ahora.

Bendodo afirmó que se ha impuesto "el reto y la obligación de gobernar para todos y con todos", comprometiéndose a que la diversidad de partidos "no sea un inconveniente para la estabilidad". Asimismo manifestó la necesidad de pactar, tanto con la Junta como con el Gobierno, porque, dijo, "juntos somos más fuertes".

El popular se comprometió a que entre todos resuelvan los problemas de agua en toda la Costa del Sol; impulsar la declaración de los Dólmenes de Antequera como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, algo que también recalcó la vicepresidenta del Gobierno; a colaborar en la declaración de la Sierra de las Nieves como Parque Nacional además de en la solución para el río Guadalmedina. Señalando que la creación de empleo es el objetivo "más importante".