Andalucía

Pocos cambios tras el descanso

  • La sesión de control al Gobierno queda marcada por el desafío independentista, que acerca las posturas de Susana Díaz y Juanma Moreno y aleja aún más a la presidenta de Teresa Rodríguez

En el Parlamento no hay túnel de vestuarios, esos pasillos más o menos adornados por donde los jugadores de fútbol saltan al césped desde las tripas del estadio. En el antiguo Hospital de las Cinco Llagas lo que hay son escaleras que conectan las estancias altas con el patio principal, donde está la iglesia desacralizada que hace las veces de salón de plenos. La liturgia del fútbol comienza con los jugadores dando saltos en ese túnel y la liturgia de las sesiones de control en la Cámara andaluza empieza cuando Susana Díaz baja una de esas escaleras de mármol blanco acompañada de su guardia pretoriana. Manuel Jiménez Barrios, Mario Jiménez y Máximo Díaz Cano, ahora que Miguel Ángel Vázquez se ha caído del cartel desde que es consejero de Cultura.

"Hay muchos hombres". La frase es de María Jesús Serrano, ex consejera de la Junta, diputada en el Congreso y miembro de la gestora que dirigió a los socialistas en el interregno de Pedro Sánchez. También es una de esas mujeres jóvenes que entraron en la última ejecutiva del PSOE andaluz en el intento de Díaz por renovar la imagen de su equipo. Serrano, acompañada por la parlamentaria María Márquez -otra de esas nuevas caras femeninas en San Vicente- se fue hasta las escaleras para escoltar también a la presidenta de la Junta. Jugadores de refresco en el equipo titular tras el descanso estival para encarar la segunda mitad de la legislatura.

Defiendo la unidad de España. La Constitución del 78 es lo mejor que le ha pasado a este país"

Díaz se enfrentó ayer a la primera sesión de control al Gobierno del nuevo curso político, marcado por el desafío independentista de Cataluña. La cuenta atrás para el 1 de octubre tiene cada vez menos dígitos y es evidente incluso muy al sur del Ebro. Se nota tanto que hasta Juanma Moreno, en un gesto con pocos precedentes, agradeció a la presidenta de la Junta "la posición del PSOE en defensa del Estado de derecho". Esa breve concordia fue la segunda -y última- novedad de las que se atisbaron ayer en el proceder de estos exámenes quincenales a los que se enfrenta el Gobierno en la Cámara.

El alarde amistoso del presidente del PP andaluz -con el brazo en cabestrillo a causa de una accidente doméstico- tiene su explicación. Fue un piropo a la insistente defensa que hizo Díaz de "la unidad de España" y la Constitución de 1978, "lo mejor que le ha pasado a este país en los últimos 40 años". La destinataria del discurso era Teresa Rodríguez, que cuestionaba a la jefa del Ejecutivo sobre su modelo de Estado. "Yo le digo donde estoy sin tibiezas, pero usted, ¿qué defiende", le espetó Díaz a la coordinadora de Podemos. Es cierto que la líder de la formación morada jugó con cierta desventaja. Al desorden en la exposición de ideas de su intervención inicial había que sumarle las consecuencias de la defensa que hizo -en calidad de dirigente de Anticapitalistas- de la "legitimidad" del referéndum ilegal de independencia convocado por el Govern para dentro de 16 días.

A los ya clásicos roces que mantienen Díaz y Rodríguez hay que sumarles ahora un nuevo motivo. A la izquierda del Parlamento hay una pugna por ver quién reivindica mejor la herencia de las movilizaciones autonomistas del 4 de Diciembre de 1977. Rodríguez achaca a su contrincante una actitud "derrotista" que "degrada" la herencia de aquel 4-D, "patrimonio constitucional andaluz". Díaz, por su parte, tira de la experiencia de su partido, "que se enfrentó con quien hiciese falta para defender la dignidad de los andaluces" en 1977. "Se ha pasado dos años envuelta en la bandera de España y ahora, tras 40 años de vacaciones, quieren encabezarla", espetó el portavoz de IU, Antonio Maíllo, que preguntó por medidas contra el desempleo, pero también juega el partido por el 4-D.

El resto del debate tampoco salió mucho del guión. Tras la tregua, el intercambio entre los jefes de las dos fuerzas más numerosas del Parlamento fue tan bronco como acostumbra, con el añadido trágico del accidente en un ascensor que acabó con la vida de una joven madre en el sevillano Hospital de Valme. Fue uno de los argumentos de Moreno para señalar las carencias de la sanidad andaluza, señalado por Díaz como un ejercicio de "carroñerismo político".

Antes, el líder de Ciudadanos, Juan Marín, entonó una elegía pesimista sobre el éxito de la reforma del modelo de financiación. Consiguió así ponerle en bandeja a Díaz la posibilidad de montarse en su caballo de batalla del inicio del curso y la presidenta repitió su ristra de datos sobre el raquitismo de los fondos estatales que llegan a Andalucía. Para cerrar, el portavoz socialista, Mario Jiménez, hizo oposición al jefe de la oposición, Juanma Moreno, con su pregunta a Díaz sobre las prioridades para el curso. Hay cosas que no cambian.

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