El Resto del Tintero

Un congreso de dos semanas

  • El PSOE andaluz revive este fin de semana la ruptura del 38º Congreso, mientras el PP se prepara para los días de gloria del próximo sábado y domingo también en Sevilla.

ES cierto. Para qué vamos a engañarnos: los periodistas corremos todos los días serios peligros de intoxicación. Hay fuentes informativas corrosivas, radiactivas y cáusticas, y de no ser por el noble consejo del contraste entre unos y otros -un método, no obstante, paleolítico al lado del científico-, algunos deberíamos ser enterrados durante algunos meses en el cementerio del  Cabril, allá en lo más profundo de Sierra Morena. O engancharnos al Urbasón inyectable. Un ejemplo: durante el fin de semana pasado, en el  38º Congreso Federal del PSOE, no menos del 80% de los periodistas estuvimos  convencidos de la victoria de Carme Chacón. Era tal el efecto ganador con el que nos apabullaron que creímos en la ascensión de la ex ministra de Defensa a la Secretaría General del PSOE, incluso después de su intervención definitiva ante los 956 delegados, donde mezcló géneros tan propios y ricos como los de la Pasionaria, Evita Perón y la Paquera de Jerez. En definitiva: un desastre enmarañado con gritos y gallos del que nadie pudo entender el corazón del mensaje. En definitiva, que a pesar de los hechos, todos pensaban que ganaba Chacón. Y no fue así. Venció Rubalcaba.

La dirección del PSOE andaluz erró. Fuentes bien informadas, y de un lado a otro de la banda, han explicado que la consejera delegada del PSOE andaluz, Susana Díaz, recibió en la segunda semana de enero una llamada del ex ministro de Fomento José Blanco, por la que le indicó que el secretario del PSOE andaluz, José Antonio Griñán, carecía de futuro, así que lo mejor, para ella y para el partido en Andalucía, era sacar al presidente andaluz de su neutralidad activa y apoyar a Rubalcaba. Otra fuente cercana al ya hoy secretario general del PSOE admite esta llamada, pero no el contundente contenido del consejo. No se le pidió que dejase tirado a Griñán. Y se apunta: José Blanco no formaba parte del equipo de Rubalcaba.

Pero Chacón perdió y, con ella, la dirección andaluza del PSOE dirigida por Susana Díaz y el presidente José Antonio Griñán. Sin embargo, el papel de este último fue esencial para que, una vez aupado Rubalcaba, éste reuniese apoyos para su Ejecutiva desde Andalucía, Castilla-La Mancha y una parte de Valencia. Rubalcaba ganó a Chacón por un 52% de los votos, mientras su dirección -que se votó después, al día siguiente- llegó a algo más del 80%.

Verificado; esto fue así. Tan verdad como que quien esto suscribe oyó a algunos colaboradores de Griñán, pero de los más cercanos, de los más íntimos del Palacio de San Telmo, quejarse del lío en el que les había metido la dirección regional del PSOE: es decir, la calle San Vicente; o sea, Susana Díaz. Quizás la conversación sea fruto de la imaginación, quizás los oídos estén intoxicados, pero eso fue lo que oyeron. ¿Problemas entre Griñán y su número dos en el PSOE andaluz, Susana Díaz? Poco probable. Fue Díaz quien le relató a Griñán esa conversación con José Blanco, el presidente no se enteró por terceros, pero es lógico que en el entorno de San Telmo alguien se cuestione a qué vino traerse el 38º Congreso a Andalucía para que Griñán, junto a Chacón, salieran como perdedores a menos de dos meses de las elecciones del 25-M. Sólo hay que esperar al próximo fin de semana para comprobar cómo un partido -el PP- le monta a su candidato andaluz -Javier Arenas- un congreso, también en Sevilla, para auparlo a la Presidencia de la Junta. Y sin más ruidos que los aplausos.

Después de la intervención de Griñán durante la noche del sábado al domingo, cuando el presidente de la Junta habló no menos de en diez ocasiones con Rubalcaba para restaurar el jarrón roto, Susana Díaz se entrevistó el martes y el miércoles con la nueva vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, y con el propio Rubalcaba. De limar asperezas se trataba.

Sin embargo, la confección de las listas electorales del PSOE para las autonómicas del 25-M han convertido este otro proceso en otro gran desencuentro, que tendrán sus epítomes en los consejos provinciales de hoy en Sevilla y en Cádiz. Una vez que los rubalcabistas han sido relegados en las listas de Córdoba, Almería, Málaga, Huelva y Granada -algunas miguitas hay-, los secretarios gaditano y sevillano, Francisco González Cabaña y José Antonio Viera, llegan al consejo provincial de hoy sin acuerdo con la dirección regional del PSOE andaluz. Viera dimitirá si le alteran la lista que él ha propuesto, donde figuran rubalcabistas destacados como José Caballos, Alfonso Gómez de Celis y Carmen Tovar; todos ellos detrás de Griñán y Susana Díaz. Gónzález Cabaña, que es de Rubalcaba como Viera, seguía anoche con la idea de tirarse al monte, una vez visto lo sucedido en otras provincias y el poco apoyo que los rubalcabistas andaluces han recibido tanto del secretario general como del de Ciudades y Política Municipal, Gaspar Zarrías, que en Jaén ha hecho lo que Griñán le solicitó -colocar a la consejera de Presidencia, Mar Moreno, en un puesto de salida-. Vamos, que se sienten desamparados. Y esto no es una intoxicación. "Y menos mal que ganamos el  congreso...", se lamentaba el viernes una de las más rubalcabistas en Andalucía.

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