Congreso PSOE-A

Mi gran boda socialista

  • La cita en Granada se convierte en punto de encuentro de miles de militantes y cargos que disfrutaron de un fin de semana de ocio en la ciudad.

Faltaron las pamelas y el arroz, pero el congreso extraordinario del PSOE-A que ayer comenzó en la ciudad tuvo tintes de gran boda. Hubo reencuentros, lágrimas, risas, ilusión, elegantes coches repletos de invitados, fotos, cámaras y hasta catering. La fecha estaba señalada en rojo en los calendarios socialistas desde hacía un mes y medio y, aunque la mañana amaneció fría (dos grados en los termómetros) nadie quiso faltar a la cita.

A las 9 de la mañana la explanada del Palacio de Congresos ya era un hervidero de personas deseosas de ser testigo del cambio de rumbo en la historia del socialismo andaluz y, quien sabe, quizás también del socialismo español. En los últimos días no se ha escatimado en adjetivos para calificar la cita en Granada como "única" e "histórica". No es para menos, el socialismo asistió ayer al cierre de un ciclo y al inicio del cambio.

Carmen Cazorla, secretaria de Igualdad en Almería, no paraba ayer de dar besos minutos antes de que comenzara el acto. "Nos estamos reencontrando con gente que hace meses que no vemos y el clima es estupendo. Hacía tiempo que no veíamos un congreso de esta índole. Susana ha conseguido integrar a todo el partido", opinaba henchida de orgullo.

Uno de los delegados de Sevilla (que prefirió omitir su nombre) recordaba ayer a los pies del Palacio de Exposiciones otros congresos en los que la división entre militantes generaba tal recelo "que muchos se miraban de reojo sin dirigirse la palabra". "Han venido representantes de todos los pueblos de Andalucía, y hasta autobuses repletos. De aquí va a salir un nuevo partido, con una unidad total. Iniciamos una nueva época en la que el PSOE vuelve a estar al alza", relataba el delegado.

La expectación que envuelve al congreso se ha reflejado en los más de 2.500 invitados que tomaron el Palacio de Congresos. El viernes ya era imposible encontrar una habitación libre en cualquier hotel de Granada y comer en los alrededores del palacio fue ayer una tarea no exenta de complicación. Y es que más que un congreso regional el de Granada pareció un congreso federal.

La llegada de coches de alta gama, con los cristales traseros tintados, fue la mecha que encendió las alarmas entre los periodistas a la hora de buscar a los nombres más relevantes del socialismo español.

Entre los más aclamados estuvieron la nueva presidenta del partido en Andalucía, Micaela Navarro, el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Eduardo Madina, la ex ministra de Vivienda y Defensa Carmen Chacón y el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

Claro que, como en toda ceremonia que se precie, es la novia la que atrae todas las miradas. Y este puesto fue sin duda para Susana Díaz.

"No se paren, no se paren, continúen y pasen para adentro", relataba una y otra vez Juan Mata. Este histórico militante se encarga desde el año 81 de organizar la seguridad de los eventos socialistas. Ayer, a él también le brillaba la sonrisa. "Hay mucho trabajo para evitar que la gente se agolpe en la entrada pero es muy gratificante estar con los compañeros, además se dejan guiar sin problemas", explicaba risueño.

Franqueada la entrada, el Palacio de Congresos lució su mejor imagen para el evento, engalanado con lonas, pancartas y photocalls. Ciertamente el concepto low cost de congreso que el partido vendió el viernes quedó algo superado a la vista del despliegue de medios en el que no faltó la cartelería gigante con la que se envolvió todo el Palacio, un plató de televisión, un canal interno, una zona de streaming, y otra zona 2.0.

Algo menos boyante está la economía de la agrupación Izquierda Socialista de Málaga, que aprovechó el evento para vender su programa electoral. A dos euros el documento. "A Susana Díaz le reconocemos el mérito que tiene pero lo más importante no son las personas, sino el programa. Y el nuestro es absolutamente innovador, con propuestas como la nacionalización de la banca y los latifundios", explicaba el militante malagueño a las puertas del recinto, que amaneció custodiado por la UIP de la Policía Nacional (más de 25 agentes) y los efectivos de la Policía Autonómica.

Otra de las caras conocidas que no faltaron al acto fue la del concejal socialista en el Ayuntamiento de Granada, Baldomero Oliver, que también repartió una buena dosis de besos y abrazos entre sus compañeros. A esas horas de la mañana poco se sabía de la ejecutiva regional que acompañaría a Susana Díaz así que muchos de los socialistas no se despegaron del móvil en todo el día. Aunque la quiniela de nombres no ha supuesto ningún tipo de zozobra para los granadinos, Oliver reconoce que "es importante tener presencia en los órganos de decisión, aunque eso no nos quita el sueño".

Y mientras la ceremonia de discursos se sucedía en la sala García Lorca del Palacio, fuera María Jesús González le sacaba algo de rentabilidad a las siglas socialistas en forma de merchandising. En esta etapa de renovación el partido también ha querido apostar por una imagen de marca de calidad y ha contratado los servicios de una empresa profesional que ha elaborado un cuidado y elegante catálogo de productos "todos hechos en España o Europa" que incluye libretas, bolígrafos, pulseras, broches de fieltro, agendas, relojes, ositos socialistas, abanicos y hasta tazas irrompibles, como la ilusión del partido a la hora de apostar por la recuperación del gobierno de España.

De momento, Susana Díaz ya se ha casado con el futuro del partido.

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