La apacible calle Trainera, en Algeciras, se despertó ayer de la siesta con un tiro que acabó con la vida de un hombre de origen árabe -algunas fuentes apuntaban que era del Líbano- de 43 añosque residía de alquiler en una de las viviendas. La investigación abierta no descarta que se trate de un ajuste de cuentas.
El suceso ocurrió pasadas las 15:00 en una callejuela cercana a un carril. Por la manera de actuar, los delincuentes sabían a lo que iban y a por quién iban. Los vecinos, que fueron los que dieron la voz de alarma, relataron que al menos eran tres y que llegaron en dos coches de alta gama. Aparcaron en las cercanías del domicilio y dieron con el fallecido. Lo acorralaron en plena vía y por el tiro que recibió pudo ser sujetado por la espalda. El impacto le atravesó de costado a costado. De ahí que en su abdomen se pudiera ver con claridad dos orificios. Fue letal. El 112 ni siquiera fue avisado.
Una vez que cayó fulminado, se dieron a la fuga a gran velocidad. Cada uno en una dirección y eso que la vía es de un solo sentido. Algunos de los residentes de la zona no creían que el ruido que escucharon procediera de una pistola, sí que acertaron a distinguir con claridad el sonidos del derrape de los turismos al marchar. En la huida golpearon a otros vehículos que estaban estacionados. Una vecina habló incluso de que los delincuentes llegaron a encañonar a otros testigos y otros fueron instados a que no se asomaran a la calle desde los balcones.
"Escuché algo como una explosión y pensé que era un petardo, pero al rato llegaron los policías y la ambulancia, salí y había un cuerpo cubierto en la calle", dijo otra vecina de la calle.
Los agentes de la Policía Nacional se llevaron a la comisaría local a una de las personas que parecía vivir con el muerto. No está implicado como uno de los autores del fallecimiento, aunque su testimonio puede ser clave.
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