Andalucía

"Hemos pasado pánico, no podíamos salir"

  • La desesperación se extendió entre los vecinos de Lújar, que critican la lenta reacción del operativo. Más de 400 personas pasan la noche en el polideportivo de Gualchos.

Rabia y desesperación fue lo que se vivía ayer en el polideportivo municipal que el Ayuntamiento de Gualchos-Castell de Ferro habilitó para acoger a los 400 vecinos desalojados de Lújar que pasaron la tarde en el restaurante Lecrín, de la playa de Cambriles, y que no pudieron pernoctar en el domicilio de familiares o amigos.

Hasta diez personas tuvieron que ser atendidas en el hospital de campaña que habilitó Protección Civil de Motril en la mencionada franja del litoral, por inhalación de humo, pánico, nerviosismo... Además, otra tuvo que ser atendida en el consultorio médico, pues tenía un cuadro clínico más delicado, y otra trasladada a una residencia para tranquilizarla. Para todas, era muy duro saber que todo lo que poseían podía ser pasto de las llamas. Al cierre de esta edición, fuentes municipales confirmaron que al menos tres viviendas habían ardido ya en el incendio.

Rodrigo Sánchez fue de los últimos habitantes de Lújar en abandonar el pueblo y quiso lanzar un mensaje de tranquilidad a sus vecinos: "por suerte, el viento giró a poniente noreste, por lo que evitó el municipio, desplazándose a la loma norte de Olías, en Órgiva y Los Carlos, de Gualchos", por lo que "el fuego no avanzó hacia Lújar". El último en abandonar el municipio fue el alcalde, Mariano González, y un técnico municipal, "que es el que conoce el sistema de las bocas de riego", explicó este afectado.

Sánchez comentó que el hecho de llevar una camiseta de algodón, la cual pudo humedecer, le evitó mayores problemas, mientras que un compañero que vestía una prenda deportiva que no era de este género, tuvo que recibir oxígeno. "El problema va a surgir mañana, cuando veamos lo que se ha perdido: el alcornocal de Lújar". En su opinión, "ha habido mucho retraso: el aviso se ha dado poco antes de las 11:00 horas, yo he vuelto a llamar a las 11:30 y me confirmaron que a esa hora salían; pasó una avioneta de control a las 12:00 y hasta que no se ha quemado el alcornocal no han empezado a venir más helicópteros. Era imposible apagar así un fuego de esas dimensiones".

Ascensión Durán, una de las empleadas del alojamiento turístico Cortijo Valavero, se encontraba trabajando cuando sobre las 10:30 vieron el fuego "a escasos metros" de allí, por lo que invitaron a los clientes a abandonar el local. "Pero pronto las llamas llegaron al carril de tierra, por lo que hemos tenido que improvisar un camino particular alternativo y cortar unas cadenas para poder salir". Esta mujer reconoce haber sentido "pánico, pues no podíamos salir por el camino de siempre, los coches que no eran todoterreno tenías más dificultades y, mientras, el fuego subía a la carretera y llegaba a los molinos, por lo que nos temíamos que llegara al alcornocal. Todos los años cuando había incendios en la zona decíamos: el alcornocal se ha librado pero este año no. Es la ruina, pues es lo único que tenía el pueblo. La ruina total, la gente venía a eso".

Durán señaló también que "los propios vecinos se han organizado durante el desalojo, y "llevando niños y mayores", empezaron "a bajar poco a poco". Por último, opinó que "tiene toda la pinta de que es intencionado, yo había bajado por allí para ir a trabajar, y ahí no hay nada, sólo un barranco".

Por su parte, la diputada de Igualdad, Leticia Moreno, vecina y concejal de la localidad, criticó la demora de los medios del Infoca y de los bomberos de Motril: "yo entiendo que el viento pueda entorpecer el operativo, pero no pueden dejar así a la provincia de Granada por los incendios de Quesada en Cazorla y Sevilla. El desalojo lo hemos organizado los concejales, los vecinos que han visto han llamado a los bomberos sobre las 10:30 y han tardado más de 40 minutos en llegar a la zona. Alrededor de la una hemos empezado a organizar el desalojo, porque el humo dificultaba la respiración de los vecinos, y había unas 3.000 hectáreas ardiendo".

Moreno lamentó "el daño enorme que ha sufrido el municipio con el incendio, tanto en invernaderos, como el atractivo turístico que era su alcornocal" y adelantó que ella creía también que había sido intencionado, pues había varios focos que rodeaban el pueblo.

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