No quiso regalarle el oído a Susana Díaz. Parco en halagos, que guarda para cuando las cosas no vayan tan bien, el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero volvió a enarbolar la bandera de la igualdad, esta vez para cedérsela a la nueva secretaria general de los socialistas andaluces. "Tienes por delante el reto de recuperar ese tiempo que la historia le ha robado a las mujeres", le dijo, y recordó al auditorio que las cifras de machismo siguen siendo "insoportables", hasta el punto de que la única solución, a su juicio, pasa por liderar "una auténtica rebelión para impedir que siga avanzando esa lacra". 

A los gritos de "presidente, presidente", José Luis Rodríguez Zapatero se aupó al atril de la sala García Lorca. Teresa Jiménez, que ejerció como anfitriona del acto, presentó al ex presidente del Gobierno, y a las grandes figuras del socialismo que le acompañaban, como auténticas estrellas del rock, lo que levantó a un auditorio ya de por sí predispuesto con sus líderes. 

Desde allí vaticinó que lo que va a suceder en Granada tendrá trascendencia histórica en Andalucía. "No porque el congreso tenga emoción, sino por las expectativas de futuro que habéis logrado poner en pie". No pudo eludir reconocer que los españoles "a veces se enfadan y nos retiran el voto, pero no se quieren perder el futuro que es de la mayoría progresista de Andalucía y España". 

Tan convencido se mostró de las posibilidades de su partido, que afirmó que la elección de Susana Díaz es el espaldarazo que necesitaba su partido para iniciar la cuenta atrás y recuperar la confianza de la mayoría de los españoles. 

Como el resto de dirigentes, tuvo también palabras de agradecimiento para el secretario general saliente, José Antonio Griñán, a quien reconoció su trabajo por ayudar a los que estaban en riesgo de pobreza y exclusión. "Has dado una gran lección de generosidad. Es imposible ser socialista sin ser generoso", le dijo en un foro en el que estuvo rodeado de miembros de sus gobiernos como María Teresa Fernández de la Vega, Carmen Chacón o Juan Fernando López Aguilar. 

Antes de su intervención, Rodríguez Zapatero contó con dos teloneros de excepción en la inauguración del congreso: el vecesecretario general del PSOE, Mario Jiménez, y la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano. Además del congreso, el primero de ellos inauguró la retahíla de halagos que le dedicaron al ex presidente del Gobierno. "Quiero chulear de presidente. Hay un presidente que hizo el país más avanzado en derechos sociales y que acabó con ETA. Y ése es Zapatero", dijo poco antes de poner al auditorio en pie. Ésta fue la primera intervención de Jiménez tras saberse que dejará su cargo como vicesecretario general del PSOE para asumir la portavocía del Parlamento andaluz. 

Y también le echó un capote a los sindicatos, presentes en el congreso, a quienes dio las gracias. "Les está lloviendo mucho y si se han cometido errores se corrigen, pero cacerías no", sentenció. 

A Susana Díaz le recomendó que no dejara de sonreír. "Nos vemos en la calle, en la batalla y en la victoria", le dijo.