Sevilla

De los timos clásicos a las cartas nigerianas

  • El catálogo de estafas que suele darse en Sevilla

Los timos se siguen dando en Sevilla con cierta frecuencia, si bien evolucionan desde los más clásicos hasta estafas más elaboradas como la de este grupo que acaba de desmantelar la Policía Nacional, que obtuvo 50 millones de euros con un timo piramidal que afectó a más de 50.000 personas de todo el mundo.

Cada vez es menos habitual que se den timos tradicionales como la estampita y el tocomocho, pero en alguna ocasión se han vuelto a poner de moda. Aun así, es difícil que la Policía y la Guardia Civil superen la decena de denuncias por estos timos clásicos. Más habituales son en los últimos años los billetes tintados y las cartas nigerianas. El primero de estos timos, también conocido como de la química, suele ser cometido por personas procedentes de Nigeria o Camerún. En ambos países existe una gran tradición de falsificadores que son capaces de hacer billetes o documentos falsos sin que se aprecien fallos a simple vista.

Los timadores se hacen pasar por hombres de negocios, visten de manera impecable y aseguran tener contactos importantes en su país. Luego explican a la víctima que poseen una fórmula mágica para clonar billetes y que, si les pagan una determinada cantidad de dinero, son capaces de duplicarla. Los estafadores suelen ofrecer incluso una demostración delante de la víctima. Sacan de un maletín dinero real tintado con yodo y productos químicos que supuestamente limpiarán los billetes. Cuando hacen la demostración, colocan en una bolsa de plástico un billete verdadero aportado por la víctima y dos billetes tintados que traían ellos en el maletín. Después inyectan un líquido en la bolsa y la tintura de yodo desaparece milagrosamente.

El de las cartas nigerianas es una variante más elaborada del tocomocho. En Sevilla han caído varias redes de delincuentes especializadas en esta estafa, en algunas ocasiones formadas por más de 40 personas. Los nigerianos envían miles de cartas por correo ordinario informando a los destinatarios que les ha tocado una lotería o premio. Generalmente se trata de una cantidad muy elevada, a veces de varios millones de euros. Para cobrarla, según las cartas, sólo hace falta que se abonen unos gastos de envío que suelen ser de entre 2.000 y 3.000 euros.

La mayoría de las víctimas son extranjeros, que no conocen bien el sistema de loterías y premios español y creen que realmente han sido agraciados. Los autores de estos timos están muy bien organizados y cada uno de ellos tiene un rol determinado dentro de la banda. A veces las cartas son muy elaboradas, con sellos que simulan ser oficiales y logotipos, pero en otras ocasiones hay personas que han caído en la estafa con una carta escrita a mano con un bolígrafo.

Otro timo relativamente nuevo es el del gigoló. La víctima suele ser un varón joven y con pocos estudios, que recibe una llamada de una chica diciéndole que quieren contratarlo como gigoló, pero que para ello, antes de que le paguen, tiene él que abonar una pequeña cantidad de dinero. Luego, al ver que nadie lo contrata, insiste en saber qué pasa y generalmente la estafadora le dice que tiene que volver a pagar. Así hay gente que ha llegado a pagar en Sevilla hasta 8.000 euros.

Otra modalidad de estafa es la de los polvos infectados con algún virus, como el de la gripe A, el ébola o cualquier otro que haya generado una gran alarma social. Los timadores envían un sobre con un polvo blanco y una carta en la que informan al destinatario que ha sido contagiado con un determinado virus. A continuación detallan dónde pueden comprar los medicamentos para combatir esta enfermedad, incluyen una dirección y una cuenta corriente para abonar estos supuestos fármacos.

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