-"Lo que pasa en Cataluña es una oportunidad para España". Una de sus frases favoritas.

-El Estatut era un intento para federalizar España, y de hecho, abre la vía a muchos textos que son copia del catalán. El Estatuto andaluz tiene elementos idénticos. Eso se encuentra con la cerrazón del PP, la recogida de firmas y la sentencia del Tribunal Constitucional. El esquema en el que siempre ha funcionado España es: liderazgo catalán, universalización andaluza. Y no es un mal esquema, pero nos hemos encontrado con un PP que se está cargando el pacto constitucional, desde el punto de vista territorial y también del contrato social, con la aquiescencia del PSOE y tras la reforma del artículo 135 de la Constitución.

-Se visualiza un cambio de ciclo, pero sólo desde la ciudadanía. La política sigue donde estaba.

-En Cataluña hay una parte independentista y otra que no quiere independizarse de España sino de esta España del PP, de una cultura política concreta de la que muchos otros españoles también se querrían separar aunque sientan que no pueden. Es una ola de ruptura o de reforma de régimen. La cuestión es si España aprovecha la ola o la niega. En España no hay una correlación de fuerzas como para protagonizar el cambio de régimen que se necesita, y quizás lo que viene de Cataluña puede ayudar a que este cambio se produzca.

-Cataluña no plantea las cosas así. El tono es más de ruptura que de colaboración.

-Pero a la vez, la respuesta que llega desde Madrid alimenta los argumentos de los que se quieren ir. Lo razonable por parte de España sería otorgar el derecho a la autodeterminación y colocar al lado una propuesta de seducción, no de amenaza, que dé respuesta al Estado más plurinacional de Europa. En España tenemos una estructura centralista, que es la España de las provincias, y una federalizante, que es la de las CCAA, pero con el agravante de que el PP está recentralizando como nunca.

-Susana Díaz, tan ubicua, visitó a Artur Mas, acudió a un mitin del PSC e hizo su propia lectura del problema catalán.

-Ofrece un buen diagnóstico de escenario de agotamiento, pero en cambio no lo acompaña de una buena propuesta, porque arrastra muchos elementos de continuidad y un federalismo uniformizador que no sirve para el momento. Quizás sea la hora de añadir a un buen diagnóstico una buena propuesta, y además con una cierta alianza entre Cataluña y Andalucía.

-En su discurso, recurrió a argumentos sobre los andaluces de Cataluña de hace 40 años.

-Estoy seguro de que ella sabe que esa realidad ya no es así. Es tan catalán el que nace en Écija como el que nace en Olot, y se lo digo yo, habiéndome criado en un barrio castellanoparlante. La normalización lingüística ha hecho que no tengamos ningún problema en el acceso al catalán, y eso ha sido gracias a la izquierda catalana. Hay que evitar la guerra de identidades a la que el PP y Ciutadans nos quieren llevar y donde no nos gustaría encontrarnos al PSC. Es aquello que dijo Aznar: antes de romperse España se romperá Cataluña. Díaz sabe que esas declaraciones no son las más afortunadas, pero las hace en el marco de un mitin y yo no le daría más importancia.

-Déle cuerpo a la seducción.

-La propuesta debería incluir un modelo federal que reconozca esas demandas asimétricas que existen en España, un país con realidades tan diversas. Cataluña ha querido ser, Andalucía también... y otras CCAA no. Se trataría de introducir elementos en el modelo de financiación que permitan la suficiencia, donde tú recaudes todos los recursos y garantices la solidaridad, con toda la transparencia del mundo, como pasa en los modelos federales, y garantizando que el Estado no te hace la cama, como ocurre en la distribución del déficit. Se trataría de reconocer el derecho a la autodeterminación con toda normalidad.

-¿Con carácter permanente? ¿No implica esa cláusula una llave eterna a la inestabilidad?

-En Cataluña no se va a aceptar ninguna solución que no pase por que los catalanes puedan decidir su futuro. Al final tú formas parte de algo porque quieres. Si hoy España pusiese encima de la mesa una buena propuesta, yo creo que el estado de ánimo de la opinión pública catalana cambiaría.

-Usted pide una altura de miras y una audacia que no existen en esta estirpe de políticos españoles, catalanes incluidos.

-En una encuesta reciente se decía que la mayoría de votantes del PSOE estaría a favor de reconocer el derecho a decidir. Hace falta esa naturalidad. Ahora bien, el problema no es sólo territorial, tenemos una crisis económica y social muy profunda. España es el segundo país más desigual de Europa después de Estonia. En 2013 hubo 53.000 nuevos millonarios. Tenemos asimismo un problema democrático: nuestras élites compran la democracia a diario en torno a decisiones de obra pública. Son todos debates entrelazados.

-¿Se puede defender la consulta abogando por el no?

-Claro que sí. La doble pregunta permite que mucha gente que no esté por la independencia y apueste por un modelo federal pueda decir que sí a la primera. El alcalde de Terrassa, del PSC, ha dicho que votará sí-no. Y a mí me parece una buena propuesta: quiero que Cataluña sea un Estado y que no sea independiente.

-¿De verdad cree que habrá referéndum?

-A la larga sí.

-Eso significa que el calendario oficial no se cumplirá (2014).

-Habrá dificultades. En Cataluña hay gente que dice que esto se resuelve con unas plebiscitarias, intentando confundir las cosas, porque en unas elecciones votamos la educación de mi hijo, la sanidad... esto se tiene que votar en una consulta. Mientras el PP tenga la mayoría absoluta, va a impedirlo, pero hay elecciones generales en 2015.

-¿Ha perdido gancho el pacto fiscal?

-Hoy ya no basta. Aquí hay un problema de tiempos. Rajoy hace suya esa máxima de "lo urgente es esperar" y eso puede solventar problemas o, como en este caso, enquistarlos y agrandarlos.

-La publicación de las balanzas fiscales pierde pues impacto.

-Pero es positivo: todos los modelos federalizantes las publican, en Australia, Canadá o Alemania, pero poniendo sobre la mesa al menos los seis criterios existentes, porque a veces se infravalora el déficit y otras se sobredimensiona.