Sorpresa y dolor fue lo que sintió el hermano mayor de la Cofradía de la Pollinica de Alhaurín de la Torre (Málaga), José Ramos, al tener conocimiento de los destrozos que unos vándalos habían causado a la imagen de María Santísima de la Esperanza en la Iglesia parroquial de San Sebastián, situada a unos 50 metros del cuartel de la Guardia Civil. Y es que, aunque la talla no resultó dañada, el rostro quedó, "desfigurado". Los autores le cortaron un mechón de pelo, le cambiaron los pendientes que llevaba por otros de bisutería y también le rompieron una ramita de olivo en plata que llevaba en una mano, donada por la asociación de padres de alumnos del colegio San Juan.

Fue el lunes, hacia las 21:00, cuando las camareras de la imagen descubrieron que la mantilla estaba levantada y que a los pies de la Virgen se hallaba parte del pelo natural que le faltaba. Comprobaron que, además, sobre la obra se había colocado una pequeña estrella de juguete. Llamó también su atención el hecho de que se le hubiera modificado la postura de las manos. "Nos gusta que la posición sea siempre la misma. Las tenía hacia arriba y el pelo sacado hacia la cara. También se han llevado el cepillo; no es de mucho valor porque se recogió hace pocos días", precisó el hermano mayor, quien reconoció que se ha sentido "bastante dolido" con el suceso, adelantado ayer por el diario de Alhaurín de la Torre en su edición digital.

Junto a la imagen de la Virgen de la Esperanza se encontraba intacta la de Nuestro Padre Jesús de la Paz y el Amor en su entrada en Jerusalén, que tiene 75 años de antigüedad. "Estuvimos observándolo y no lo habían tocado. Para nosotros tiene un valor incalculable", manifestó el hermano mayor.

Pese a que aún no se ha identificado al autor de la fechoría, el portavoz de la cofradía cree que detrás del asunto pueden estar varias personas, máxime teniendo en cuenta que el altar en el que se encontraba la imagen está situado a más de un metro de altura. Sospecha, asimismo, que los vándalos conocían bien las imágenes religiosas. "Creemos que no ha sido un sólo individuo. La Virgen tenía agujeros nuevos y los pendientes hay que saber ponérselos. Cualquiera no podría", recalcó Ramos, que ayer dio aviso a la Guardia Civil.

El ex hermano mayor, Juan Ignacio Castillo, considera que se trata de un acto vandálico ya que, como demuestran los hechos, no se pretendía estropear la talla. "Pensamos que ha sido para burlarse. Los hechos debieron de producirse el lunes, que no hubo misa. La Iglesia no está abierta constantemente al público; sólo en horarios de culto o despacho", dijo.