carmen crespo. delegada del gobierno en andalucía

"Al Gobierno andaluz le falta riesgo y ambición, no puede estar paralizado"

  • "La presidenta de la Junta no ha querido arriesgarse para no tener titulares negativos" "La falta de iniciativas está diluyendo el efecto de Susana Díaz y las posibilidades de la comunidad"

Desde hace años ha estado en todas las quinielas para liderar el PP en Andalucía. Pero ese momento no ha llegado. Se conforma con lo que tiene y, de hecho, confía en una reválida de Mariano Rajoy que le permita seguir algún tiempo más en la Torre Sur de la Plaza de España. La ex alcaldesa de Adra (Almería) va camino de los tres años al frente de la Delegación del Gobierno en Andalucía, un puesto en el que ha cogido músculo político sin que le salpique demasiado el desgaste originado por el permanente enfrentamiento del Gobierno autonómico con el de la Nación.

-¿Qué esperaba encontrar cuando cambió Adra por la Delegación del Gobierno en Andalucía?

-No me he llevado sorpresas. Rajoy y Arenas me explicaron muy bien lo que era la Delegación y lo que suponía para el Gobierno. El cargo tiene momentos de mayor actividad y un protagonismo especial en Andalucía al tener un Gobierno de distinto color político.

-¿Qué le ha resultado más difícil de llevar en estos tres años?

-La Delegación tiene una actividad principal, que para mí ha sido la más complicada, relativa a la seguridad. En Andalucía es muy importante por su enorme extensión y porque es una comunidad muy poblada. Tuve que trabajar con mucha cautela al principio e incluso pedir asesoramiento a los delegados anteriores porque es un tema muy delicado de llevar. Ahora puedo decir que se ha bajado la criminalidad en Andalucía a mayor ritmo que a nivel nacional, con casi un 50% de casos resueltos, y esto evidencia que se ha llevado a cabo una buena gestión así como la eficacia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en nuestra comunidad. Su trabajo para mí ha sido un descubrimiento, han dado mucho de sí a pesar de contar con menos recursos económicos por la crisis. El apartado más político del cargo ya lo conocía por mi experiencia en la política municipal y autonómica, aunque no había dado el salto al ámbito nacional. Son más de 20 años de alcaldesa...

-¿Se percibe la representación andaluza del Gobierno de Rajoy en sus decisiones y medidas?

-Por supuesto. Teníamos tres ministros andaluces, una vez que Arias Cañete ya se ha marchado a Europa. Ha sido un ejemplo para todos y, además ha apoyado mucho a Andalucía, y eso ha hecho que mi trabajo sea más eficaz. Con la ministra Fátima Báñez, que tenía una de las carteras más complicadas, se han cumplido todas las expectativas porque al principio cuando llegamos aquí se planteaban muchas dudas sobre lo que se haría con el Profea. En los primeros años se revalorizó un 4% y se han mejorado los canales para generar empleo en el ámbito rural. También ha permitido crear una serie de líneas con notable repercusión en Andalucía como la tarifa plana que ha afectado a muchos autónomos y pequeños y medianos empresarios. Ha hecho una labor muy buena con el emprendimiento del empleo joven y ha llegado mucho dinero a esta comunidad de fondos europeos para luchar contra el paro juvenil que aquí alcanza el 60%. Las políticas activas de empleo han sido un debate muy recurrente en el que se ha querido ocultar que son competencia de la Junta. Aun así el Gobierno de Rajoy ha destinado cerca de 300 millones a Andalucía. Y el tercer ministro andaluz, Cristóbal Montoro, ha sido clave en la financiación local y autonómica. En los 771 ayuntamientos andaluces ha sido considerable la incidencia del Plan de Pago a Proveedores en el que se han invertido más de 4.000 millones de euros. El esfuerzo económico es aún mayor con la comunidad porque Andalucía no podía financiarse en los mercados por sí misma y ha necesitado el apoyo del Estado. El Gobierno andaluz ha recibido 19.700 millones de euros entre el Fondo de Liquidez Autonómica, el Plan de Pagos a Proveedores y demás programas. La Junta se ha ahorrado en intereses 1.200 millones y la posibilidad financiera de reprogramar la deuda de mil millones en 240 mensualidades.

-Pero en materia económica, la Junta está muy descontenta con lo que llega y con la reforma fiscal.

-El dinero aportado por el Estado ha sido fundamental para que se puedan mantener los servicios públicos que son de competencia de la Junta como salud y educación. Hasta un 70% de las facturas del Plan de Pagos a Proveedores están vinculadas a contratos de la sanidad, de ahí lo incomprensible de las quejas sobre las partidas que se reciben. La propia presidenta ha criticado la reforma fiscal, cuando es una comunidad que tiene diez puntos por encima de paro, diez puntos por encima de exclusión social y, por lo tanto, va a beneficiar a miles de andaluces de familias medias y bajas. Tendrían que defender lo contrario. Decían que iba a influir en el tramo autonómico y Andalucía recaudaría menos y eso no es cierto. Sólo afecta el IRPF al tramo estatal. Y luego una cuestión que ha planteado la Junta es que recibiría menos dinero y ha sido el ministro Montoro el que ha explicado en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera que llegarán 3.900 millones más a las comunidades autónomas con la mayor recaudación que conllevarán las reformas del Gobierno el próximo año.

-Pero reconocerá que los recortes han estado a la orden del día, sobre todo en infraestructuras...

-El Gobierno ha invertido en Andalucía 1.300 millones de euros en infraestructuras anuales mientras la Junta ha invertido en lo mismo, carreteras y ferrocarriles, 300. El anterior Ejecutivo dejó una deuda bestial en organismos como el Adif y ha sido uno de los principales inconvenientes a solventar. Desde el Gobierno de Rajoy se ha tenido que hacer frente a esta deuda porque estaban sin pagar infraestructuras de años atrás. Se han tenido que priorizar infraestructuras en Andalucía por la crisis.

-Capítulo aparte merece la A-7 o autovía interminable...

-En España se han primado dos infraestructuras de carreteras que han sido la Autovía del Cantábrico y la A-7 en Andalucía. 420 millones se han puesto hasta el momento para poder finalizar la autovía en Granada y la previsión de conclusión está en octubre de 2015. Para Almería, Málaga y Granada es de justicia finalizarla y ha sido una prioridad. Y también se ha hecho un esfuerzo económico en carreteras que enlazan Jaén con Madrid, con Despeñaperros, en Córdoba la de Los Pedroches o el Puente del Bicentenario de Cádiz que cuesta 365 millones y en estos momentos se está intentando culminar para el año que viene son actuaciones muy importantes.

-¿Qué le parece el primer año del nuevo tiempo de Susana Díaz?

-La presidenta tuvo un efecto importante al principio que ahora se está diluyendo. Andalucía estaba esperando muchas más decisiones y gestión y es lo que no se le ha visto a la presidenta. Si las reformas que está haciendo el Gobierno, algunas más difíciles porque se ha pedido un mayor sacrificio y esfuerzo a los ciudadanos y otras más livianas como la reforma fiscal, se hubieran planteado desde el Ejecutivo andaluz la comunidad estaría en mejores condiciones de superar la crisis. La falta de iniciativas ha ido diluyendo ese efecto de Susana Díaz. En mi opinión personal, son necesarias medidas como un plan de industrialización con respecto a la agricultura para afrontar ese diferencial que tiene de paro y exclusión social. Andalucía es una tierra que tiene muchísimas posibilidades pero hay que trabajar en que se materialicen.

-¿Y el nuevo tiempo de Moreno?

-Percibo precisamente lo contrario. Susana ha ido de más a menos y Juanma va de menos a más. Es una persona cerca, realista, pragmático a la hora de trabajar y eso le permite tener los pies en el suelo. Ha mantenido muchos encuentros a nivel privado y público con las estructuras locales del partido y con los representantes de la sociedad andaluza y eso le ha permitido conectar con la realidad de nuestra comunidad. Tiene las ideas muy claras y una enorme sensibilidad social. Es una persona moderada, centrada y estará siempre al lado de los problemas de los ciudadanos. El partido se ha cerrado en torno a él porque sabemos que irá de menos a más. Es ideal para el PP y para Andalucía.

-El partido ha cerrado filas, pero llegó a sonar su nombre para presidirlo. ¿Se vio en algún momento liderando el PP-A?

-La Delegación para mí fue una oportunidad maravillosa que en su día agradecí y sigo agradeciendo al Gobierno. En el futuro lógicamente me gustaría que volviera a ganar el presidente Rajoy, y si es posible que se acordara de mí para seguir en el cargo. Y en cuanto al liderazgo del PP puedo decir que es obvio que algunas personas del partido se hayan acordado de los que tenemos un perfil, una determinada edad y trayectoria política. Para cualquiera de nosotros es un orgullo representar a tu partido como presidente, pero ahora mismo es indiscutible la figura de Juanma Moreno. Ese debate terminó en su congreso y espero que por muchos años. Va a ser el próximo presidente de la Junta de Andalucía y permitirá cambiar la forma de hacer política en esta comunidad. Independientemente de la adscripción política, los ciudadanos quieren otra forma de gobernar. Las políticas de Gobierno y Junta son completamente diferentes. Se está demostrando que en el PP estamos sacando el país adelante y que en Andalucía vamos un poco por detrás. En esta comunidad es necesaria más gestión y un mayor ritmo de reformas, pero no se quieren arriesgar. Al Gobierno andaluz le falta ambición y riesgo. No puede estar paralizado.

-¿Cuánto cree que influye el socio, IU, en esa parálisis?

-Eso será lo que ellos argumenten después, pero no lo veo así. Con la excepción del conflicto en materia de vivienda, creo que se ha respetado el acuerdo de Gobierno por ambas partes y la presidenta tiene suficiente poder en el Gobierno como para tomar sus propias decisiones. Sí es verdad que ahora con los presupuestos le pueden plantear dificultades, pero leyes y actuaciones han podido proponer y llevar muchas más al Consejo de Gobierno, que sus socios habrían aceptado. La presidenta no ha querido arriesgarse para no tener titulares negativos.

-¿En qué lugar quedan los ciudadanos en el enfrentamiento permanente de Junta y Gobierno?

-Tengo que reconocer que ese enfrentamiento es mucho mayor del que desearía para Andalucía. Los ciudadanos no quieren confrontación política, sólo piden soluciones y realidades. Como delegada del Gobierno tengo buena relación con el Gobierno andaluz y mantengo un contacto permanente, como ha ocurrido estos día con la crisis por la presión migratoria en el Estrecho, pero hay veces que es inevitable chocar. Y ha sido un error, que va más va más por parte del Ejecutivo andaluz que por el de la Nación, porque al final siempre hemos salido perdiendo los andaluces. El ciudadano percibe que se castiga a Andalucía y es incierto, como demuestran los 19.700 millones que no habían llegado nunca antes en este tiempo a la Junta. Han sido ellos los que han presentado 14 recursos de inconstitucionalidad. Pensábamos que con la llegada de la presidenta el enfrentamiento iba a minimizarse, pero no ha sido así.

-En materia de corrupción, llama la atención que la UDEF haya abierto una investigación paralela de Ángel Ojeda al margen de la que había realizado la UCO de la Guardia Civil al mando de Alaya. ¿Por qué se solapan los informes?

-Son decisiones judiciales. No hay ninguna disfunción. La juez es la que se encarga de pedir la instrucción que necesita al cuerpo correspondiente. Ella determina taxativamente en el momento que lo quiere y cómo se hace. Y aprovecho para decir que el tema de los ERE nos llena de estupor a todos los andaluces. La Junta tiene que dar un paso adelante de clarificación pública y en la tolerancia cero contra la corrupción. Estamos hablando de uno de los mayores casos de corrupción, no solamente desde el punto de vista institucional, sino por la cuantía económica de fondos públicos destinados a los parados andaluces y a su formación.

-El Peñón de Gibraltar se está convirtiendo en un hueso duro de roer con problemas persistentes con las colas y el contrabando...

-Es un tema que hemos llevado de primera mano porque entra en juego Interior, Exteriores, Agencia Tributaria de Hacienda... Han venido los inspectores de Europa en dos ocasiones y le han pedido a España que mejore el acceso en la frontera. Se está haciendo en cinco fases con una inversión de más de 5 millones de euros con la mejora de las fronteras inteligentes. Y en segundo lugar nos piden que se luche contra el contrabando. Y en esta lucha se ha triplicado la incautación. Por lo tanto, algo bueno estamos haciendo allí. Pero Picardo qué ha hecho, pues todo lo contrario a lo que tenía que hacer. Primero está poniendo en jaque a sus ciudadanos con mensajes que van en contra de Gibraltar. Ha perjudicado la imagen como ocurrió con los bloques de hormigón que nadie en Europa valora positivamente. Mientras España está dando los pasos Gibraltar no deja de quejarse. Un flaco favor le está haciendo Picardo a Gibraltar con su actitud.

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