Reducción de puestos directivos y fusiones hospitalarias: éstas son las patas sobre las que la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales ha asentado sus "medidas de eficiencia de cara al control del gasto público", como la Administración autonómica define lo que en el ámbito sindical se denomina, simplemente, recortes.

Sobre el primer aspecto, desde octubre de 2012, la Junta reconoce haber eliminado un 20% el número de directivos dependientes de la Consejería de Salud, Igualdad y Políticas Sociales, de ellos 63 procedían del ámbito asistencial, es decir, estaban ligados a los centros hospitalarios públicos del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Lo que supone, según cifras facilitadas por la Consejería, un ahorro de 6,9 millones de euros anuales a través de "la agregación de varias gerencias en una gerencia compartida".

Lo que el departamento de María José Sánchez Rubio vende como un logro, los sindicatos lo ven sin embargo como una "constatación de las amplias bolsas de ineficiencia directiva que había y hay en el SAS", expone Antonio Macías, secretario de Sanidad de la Federación de Servicios Públicos de UGT-A que teme, sin embargo, que éste sea el paso previo para una mayor reducción de plantillas, muy mermadas desde 2010.

Por provincias, y atendiendo únicamente a los directivos de hospitales según las cifras oficiales: en Cádiz se han eliminado 9 puestos; en Córdoba se han eliminado 7; Jaén es la provincia que más ha notado esta reducción con 13 puestos directivos menos; en Málaga se han eliminado 8; en Sevilla, y desde que el Virgen del Rocío y el Macarena comparten gerencia, hay 10 directivos menos. Almería, por su parte, sigue con el mismo número de puestos directivos y alega que "el proceso de integración ha sido progresivo en los últimos años". Por último, en Granada se han reducido 9 puestos directivos y en Huelva han sido 7.

Para Humberto Muñoz, secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO-A, "la Consejería no nos ha pasado esos datos y realmente no nos extraña porque es la dinámica habitual, no hay comunicación oficial. Es cierto que en algunos complejos hospitalarios se han se han reducido unidades directivas pero a cambio se han creado subdirecciones por debajo: subdirector gerente, subdirector médico... Con lo cuál no queda tan claro ese ahorro. En cualquier caso, si esos datos son verdad, celebramos que se optimicen recursos pero exigimos que el ahorro vaya dirigido a la contratación de personal".

Una postura idéntica mantiene Javier Martínez, presidente del Sector de Sanidad de CSIF-Andalucía que duda que exista "tanto ahorro" ya que, a su juicio, a cambio de la eliminación de alguna gerencia se han creado nuevos puestos "director médico, subdirectores médicos, subdirector informático, de financiación... De toda la vida, los hospitales tenían un director, un administrador y un director de enfermería pero hace ya tiempo que la Junta decidió ampliar de este modo la cartera de directivos. Hay mucha cabeza para tan pocos pies", resume. A juicio del representante del CSIF lo que hay es que "invertir en los profesionales de la sanidad y que los gestores sean profesionales y no gestores politizados".

Precisamente maniobras políticas es lo que, según los sindicatos, hay detrás de lo que el SAS llama "unificaciones hospitalarias". Granada y Huelva son las provincias en las que, "a espaldas de los representantes laborales" según denuncian los sindicatos, la Junta ha impulsado, vía orden publicada en el BOJA, la creación de dos nuevos complejos hospitalarios. En el caso de Huelva capital se han agregado los hospitales Juan Ramón Jiménez e Infanta Elena, y en el caso de Granada se ha copiado la fórmula para los hospitales Virgen de las Nieves y San Cecilio. Esta "agregación de hospitales" en la práctica supone obligar a parte del personal sanitario a una movilidad que no está reconocida en su plaza, una de las principales quejas y denuncias de los sindicatos.

La postura oficial de la Junta es que "estos procesos de integración y unificación de estructuras hospitalarias" se concretan en "un incremento de las prestaciones asistenciales, mejorando la calidad percibida por la ciudadanía y los índices de satisfacción".

Ni mucho menos lo entienden así los sindicatos que, al respecto de la política de unificaciones hospitalarias puestas en marcha, han adoptado una postura común.

Para Francisco Muñoz, portavoz del sindicato de enfermería Satse en Andalucía, el proceso de fusiones "no es positivo a nivel asistencial, porque merma el acceso de los ciudadanos y se reduce la cartera de servicios", la Consejería, denuncia el dirigente sindicalista, "vende una concentración de servicios cuando de lo que en realidad se trata es de una reducción, porque estoy absolutamente convencido que a medio plazo supondrá una reducción de efectivos". Para Satse, la unificación de hospitales es otra forma de "desmantelar la sanidad pública" porque si bien "en otras comunidades directamente han cerrado centros y han recortado plantillas, aquí han optado por esta fórmula en apariencia menos evidente pero igualmente dramática, tanto para la estabilidad laboral como para el ciudadano" en un contexto que, por contra, reclama un sistema de salud cada vez más fuerte debido al mayor envejecimiento de la población y a la cronicidad en las patologías.

Tantos recelos levanta estas fusiones hospitalarias que en junio de 2013 el PP apoyó a IU en una proposición no de ley presentada en el Parlamento andaluz contra esta medida impulsada en tiempos de María Jesús Montero al frente del sistema sanitario andaluz.

"Las fusiones hospitalarias se han hecho a espaldas de los trabajadores y sin contar con los sindicatos y no debemos olvidar que lo que se plantea es un cambio de la dinámica de trabajo -y por tanto de vida- para profesionales sanitarios que se han ganado una plaza y que la llevan desempeñando en destino durante 30 años", lamenta el representante de UGT.