Andalucía

Chaves y Griñán abren el camino a la negociación de la investidura

  • Podemos se apunta a coro la "victoria" de la "renuncia diferida" de los ex presidentes. Albert Rivera enfría al PSOE y demanda que apruebe su decálogo.

Los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán han abierto la barrera para favorecer la investidura de Susana Díaz. Las líneas rojas se han desdibujado. Ahora será labor de los negociadores socialistas y de la voluntad de la oposición. Tras el anuncio de Griñán de que no repetirá como senador por designación autonómica, Manuel Chaves ha comunicado a la dirección socialista de Ferraz que tampoco desea presentarse a las próximas elecciones generales como diputado. No son dimisiones tal como solicitaba la oposición, pero en palabras de la líder de Podemos, Teresa Rodríguez, se pueden entender como "renuncias diferidas", la expresión de la voluntad de que, pase lo que pase en el Tribunal Supremo, los ex presidentes ya no seguirán en las cámaras legislativa. Tampoco son ceses, pero sí ponen de manifiesto que ambos han asumido nuevas responsabilidades políticas por el caso de los ERE. Pero si Podemos ha entendido estas renuncias como "victorias" propias, apuntándose los trofeos de una cacería, en Ciudadanos se muestran más escépticos, prefieren enfriar las expectativas socialistas y un portavoz oficioso vuelve a repetir que nunca, "ni en la primera ni en la tercera ni en la octava", votarán sí en la investidura.

Si es así, si sus 11 parlamentarios sólo se abstienen, Susana Díaz necesitará la abstención de Podemos. Los socialistas cuentan con 47 escaños de los 109 y Podemos suma 15.

Después de varios días de titubeos y de sentirse presionado por el paso dado por Griñán, Manuel Chaves comunicó a Ferraz que no deseaba presentarse otra vez como diputado por Cádiz. Así lo indicaron ayer fuentes socialistas, que explicaron que el ex presidente prefería haber manejado sus propios tiempos. Desde el PSOE de Andalucía se esperaba desde hace días que el secretario general, Pedro Sánchez, sacase de Chaves este compromiso y que se hiciera público, como finalmente ha ocurrido aunque de un modo un tanto extraño. Pedro Sánchez aseguró ayer que Ferraz ya ha sido "bastante elocuente" sobre el futuro de Chaves en referencia a una confusa declaración de su número dos, César Luena, que nadie entendió, pero que ahora debe ser leída como un forcejeo entre quien prefería esperar -el ex presidente- y quienes querían que fuese más rápido -Ferraz y San Telmo-. Chaves, que cumplirá 70 años en julio, fue diputado en las primeras elecciones democráticas, las de 1977, presidente de la Junta durante 16 años y vicepresidente del Gobierno.

El ex presidente no ha hablado con nadie de la dirección andaluza, pero de algún modo sí le llegaron los mensajes de que en San Telmo querían algún gesto que desbloquease las negociaciones con la oposición. De momento, Chaves no se plantea dejar sus escaños, al menos hasta que no se pronuncie el juez del Supremo del caso ERE.

El presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, llamará a todos los grupos políticos a consultas los próximos lunes y martes, y posteriormente propondrá a Susana Díaz como candidata a la presidencia. A partir de ese día, el PSOE abrirá las negociaciones con PP, Podemos, Ciudadanos e IU para intentar sumar apoyos a sus 47 parlamentarios. Susana Díaz necesita 55 síes en la primera votación o más votos afirmativos que negativos, la mayoría simple, a partir de la segunda. Eso sólo se puede conseguir con el voto afirmativo de Ciudadanos o con la abstención de Podemos.

Desde Ciudadanos se explicó ayer que sus parlamentarios no contemplan votar afirmativamente, por lo que sólo valdría la posición de los podemistas. No obstante, el partido de Albert Rivera sí prevé una negociación con el PSOE si este partido asume un decálogo contra la corrupción, uno de cuyos puntos incluye que cualquier imputado por un caso de esta naturaleza debe ser apartado. Por ello, Chaves y Griñán eran un obstáculo, pero sólo para comenzar a negociar. Ciudadanos recordó que en esta situación también se encuentran los diputados Gaspar Zarrías y José Antonio Viera, además de la senadora Mar Moreno.

La hoja de ruta del partido de Rivera, que es quien sigue llevando la voz en todos los temas relacionados con su formación, es que el PSOE debe firmar su decálogo y, después, tratar otros asuntos de política general de la gobernación de Andalucía. Sólo si hay acuerdo, se abstendrán en lo que parece una posición maximalista o un intento de distracción mientras llegan las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo. Ciudadanos se juega en esos comicios sus presencia en el territorio nacional y no parece que Rivera vaya a complicar este inmediato futuro por Andalucía. Al día de hoy, la posición de sus 11 parlamentarios, tal como Rivera lo explica, sería irrelevante, porque sólo contemplan la abstención y ésta no sirve para nada sin Podemos. Es más, si los 15 de Teresa Rodríguez se abstienen, Díaz resultaría proclamada presidenta aunque votasen en contra. Ciudadanos envió una carta el pasado 4 de abril a Susana Díaz con su decálogo, pero de momento no ha habido ninguna respuesta. En un entrevista en Cuatro, Rivera indicó: "Si eso pasa (por las dimisiones de los ex presidentes), no es un sí y ni siquiera una abstención en la investidura. Nos sentaremos en una mesa a hablar de la ley electoral, de si hay listas abiertas, de reformar la administración pública, de reactivar la economía (...)

Podemos respira de otro modo. Teresa Rodríguez había solicitado las dimisiones de los ex presidentes como un modo de asunción de las responsabilidades políticas, y parece sentirse satisfecha. "Nos tenemos que conformar con unas renuncias diferidas, pero son victorias para el pueblo andaluz (…) y lo conseguido en este debate de investidura nos lleva con mayor fuerza a seguir negociando sobre los otros dos puntos", indicó ayer Teresa Rodríguez en relación a la demanda de que la Junta no convenie con entidades financieras que ejecuten desahucios y que haya una "reducción drástica" de altos cargos en la Junta. Estas dos cuestiones figuran en la lista de demandas de Podemos, y algunas de ellas son muy difíciles de cumplir por parte del PSOE. Por ejemplo, cuando Podemos habla de reducir cargos, le pone cifra. Por cada Consejería, según Podemos, sólo debe haber dos cargos públicos: el consejero y el viceconsejero, los demás tendrían que ser funcionarios. Teresa Rodríguez vendió como "victorias" de su partido estos dos anuncios de Chaves y de Griñán e indicó que el voto a Podemos es un "voto útil". "Sólo hay una interpretación posible de las renuncias anunciadas de Chaves y Griñán: cada voto a Podemos resulta útil", señaló. "Esta primera victoria nos alienta aún más a remarcar con fuerza las otras dos condiciones que hemos puesto sobre la mesa. Los andaluces no solo estamos indignados con la corrupción, estamos hartos de desahucios, 45 al día en Andalucía, y de desmantelamiento de los servicios públicos mientras proliferan los altos cargos y asesores de designación política en las administraciones".

Pero no sólo Teresa Rodríguez se apuntó esa pieza, su líder, Pablo Iglesias, aseguró que "cuando la gente se mueve, convierte en fácil lo que parecía imposible". "En Andalucía con Podemos la democracia no es un trueque", siguió. Su número dos, Íñigo Errejón, manifestó que "la firmeza de Podemos en la investidura andaluza da resultados".

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