Al Partido Andalucista (PA) le quedan 20 días de vida. Así, como suena. El congreso extraordinario que esta formación ha convocado para el próximo 12 de septiembre supondrá el punto y final de unas siglas históricas. El PA no desaparecerá aún como partido político, porque ello supondría dejar sin cobertura legal a los 319 concejales que esta fuerza política tiene en toda Andalucía, pero sí tiene decidido cesar totalmente su actividad. Es más, el PA ya no concurrirá a ninguna cita electoral que se convoque en el futuro, empezando por las generales que tendrán lugar a finales de este año. Ésta es al menos la propuesta que la dirección nacional del PA planteará para su aprobación en el congreso del 12 de septiembre y que, en opinión de Antonio Jesús Ruiz Aguilar, su aún secretario general, será respaldada por amplia mayoría.

Ruiz reconoce que hay militantes que siguen defendiendo que este partido político continúe funcionando como hasta ahora, a la espera de tiempos mejores, pero también que hay otros que consideran que no merece la pena continuar con la agonía y que el PA debe desaparecer ya mismo como partido, con todas sus consecuencias. Pero la dirección andalucista defiende una propuesta que supone tirarse por la calle de en medio. Es como entrar en vía muerta, como pasar a un estado vegetativo. El PA no morirá pero tampoco se moverá a partir del 12 de septiembre, en lo que supone una fórmula desconocida hasta la fecha en el panorama político nacional.

El máximo responsable actual del PA explica que si se aprobara la refundación o la disolución total de este partido, y en base a la jurisprudencia consultada al respecto, quedarían sin cobertura legal sus 319 concejales (una veintena de ellos alcaldes) que están repartidos por toda Andalucía. Y si desaparecieran los grupos municipales andalucistas todos estos cargos públicos se integrarían automáticamente en los grupos de los no adscritos, perdiendo muchos de los derechos que actualmente poseen.

En este punto hay que recordar que el cargo público más importante que tiene actualmente el PA es la vicepresidencia segunda de la Diputación de Cadiz, en manos de Maribel Peinado, ex regidora de Puerto Real. En cuanto a sus alcaldías, las más importantes por población de sus municipios son las de Coria del Río (Sevilla) y Barbate, dirigidas respectivamente por Modesto González y Miguel Molina.    

A 20 días por tanto del punto y final, Ruiz Aguilar reconoce la tristeza que causa esta situación, aunque entiende que hay que asumir la realidad tal y como viene. “La política ha evolucionado y nosotros no hemos sabido hacerlo. En las elecciones andaluzas y municipales de este año hemos intentado llegar a la ciudadanía de todas las maneras posibles. Nos hemos partido la cara por toda Andalucía, pero ha sido imposible. Arrastramos unos lastres del pasado que no hemos podido soltar”, reflexiona. Y entre esos “lastres” cita por ejemplo el intercambio de alcaldías andaluzas que hicieron el PA y el PSOE décadas atrás (cuando Rojas-Marcos se convirtió en el regidor de Sevilla) y, sobre todo, no respaldar la reforma del Estatuto de Autonomía planteada por el Gobierno de Manuel Chaves, un proceso en el que el PA prefirió quedarse al margen.

Pese a todo ello, Ruiz insiste en destacar que el Partido Andalucista ha sido una formación clave para el desarrollo de la comunidad andaluza. “Sin nosotros jamás se hubiera conseguido el Estatuto de Autonomía”, afirma con orgullo al tiempo que destaca la aportación andalucista en los ochos años en los que estuvo en el Gobierno andaluz (de 1996 a 2004).

A día de hoy aún se desconoce la localidad en la que el PA celebrará el congreso extraordinario del próximo 12 de septiembre. La idea de la dirección es abrir el congreso a todos los militantes, que deberán preinscribirse para ser delegados. Cuando se sepa el número exacto de asistentes, se elegirá el lugar del congreso, algo que quedará determinado la próxima semana. En la actualidad el PA cuenta en Andalucía con 3.699 militantes, siendo Cádiz, Sevilla y Granada, por este orden, las provincias más activas. El récord histórico de militantes superó las 6.000 personas, algo que se produjo a principios de la década de los 2000.