Andalucía

Gabriela es un nombre de mujer

  • La Junta concede a Gabi, la menor transexual, usar su nombre femenino en el carné de familia numerosa.

Gabriela. Para muchos sólo es un nombre de mujer. Para ella, son las ocho letras más importantes de su alfabeto, las que marcan su identidad, las que necesita para que no quepa ni una sola duda. Su aspecto no necesita explicaciones, ella es la niña de 9 años que quiere ser, pero en sus documentos aparecía, hasta ahora, el nombre masculino con el que fue inscrita en el registro tras nacer. El pasado enero su madre recibió en su buzón el carné de familia numerosa de la Junta de Andalucía. En este documento Gabriel se había convertido en Gabriela, un hecho "sin precedentes", según explica satisfecha su madre, Pilar Sánchez.

"Cuando lo recibimos Gabriela me dio un gracias cuajado de amor, de lucha, de fuerza y orgullo", comenta Sánchez y subraya que a partir de ahora se podrá identificar a su hija como ella se siente y "evitar tener que dar explicaciones que casi nunca entiende el operario de turno, en el bus, en el avión, en el tren, y estar vulnerando constantemente la intimidad de mi hija". Porque si su forma de vivir en sociedad es clara y sin ambigüedades, todo eso se iba al traste cuando tenía que enseñar este documento en el que aparecía un nombre masculino que en nada correspondía a su identidad.

El nombre de Gabriela también consta en el carné de la biblioteca municipal pero la pequeña, que estudiaba en el colegio San Patricio y que fue noticia por la negativa del centro a tratarla en femenino, aún no tiene un DNI que oficialmente indique el género del que se siente. Su madre inició los trámites, recogió la solicitud, pero al ver que "había que justificar lo injustificable" no llegó a presentar ninguna documentación en el juzgado. Por tanto, aún su caso no es el de Lucía, la niña transexual de 4 años a la que un Juzgado de Tolosa (Guipúzcoa) ha autorizado el cambio de nombre por otro femenino. Pero la lucha para llegar a este fin continúa.

Desde la asociación Trans Huellas, Pilar Sánchez y otros progenitores no cejan en su empeño para intentar lograr que estos menores tengan los mismos derechos, conseguir borrar prejuicios y promover que todos acepten la diversidad sin fobias, como un elemento enriquecedor.

Pilar lleva dos años y medio batallando para que se reconozca que la intransigencia del colegio San Patricio perjudicó a su hija, que se vio obligada a dejar el centro. No dejaron que vistiera el uniforme femenino, tenía que usar el baño de discapacitados y en la documentación interna del centro aparecía con su identidad masculina. Usaban el nombre "neutro" Gabi para referirse a esta pequeña que hizo el tránsito cuando tenía 6 años. No quisieron acatar las recomendaciones de la delegación de Educación y la Consejería amenazó con la retirada del concierto, algo que nunca llegó a cumplirse. Gabriela estudia feliz en un colegio público desde marzo de 2014.

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