Andalucía

Ramírez, el hombre que siempre estaba ahí

  • Hombre de confianza del Ejecutivo en la RTVA, desde 1998 iba de la mano de Durán para controlarse el uno al otro

Hace unos meses la Academia de Televisión le concedió a Antonio Ramírez el Premio Talento. Y a Joaquín Durán, también. A los dos. El hasta ahora director de Estrategias y Antena de Canal Sur no da la imagen del directivo de televisión típica. No es el gestor con traje caro planchado, a la última, alejado, tecnócrata. Su estampa es otra: sin corbata, en el tajo. Como para escenificar que lo controla todo, lo de fuera y lo de dentro. Se forjó durante diez años como director de  Informativos de Canal Sur Televisión y dejó su puesto en manos de Pilar Vergara, persona de su confianza y en conexión directa con el Ejecutivo.

 

Aunque siempre ha ido de la mano del director interino, Joaquín Durán, a lo largo de estos tres años de provisionalidad eterna, esa proximidad es más bien un control mutuo. Ambos mandan y entre ambos "se mandan". Con el nuevo organigrama, que aún no se ha puesto en marcha y que ya no tendrá arriba el apellido de Ramírez, mantenía su parcela de influencia y control frente a la persona de confiaza de Durán, Inés Alba, directora de Canal Sur Radio llamada a tener más competencias.

 

El caso Ausbanc y la aparición del restaurante Casa Salva, de la familia de Ramírez, viene a cambiarlo todo y a estropearlo todo más: Canal Sur necesitaba estabilidad, estrategia, planificación y futuro para seguir teniendo un papel de importancia en la sociedad andaluza.Ramírez y Durán, con su andamiaje de supervivencia, no se antojan como los hombres que necesita tan titánica misión para una empresa mastodóntica y siempre en crisis.

 

De Ramírez siempre se ha elogiado que es especialista en negociar y controlar. Su capacidad de trabajo incansable y permanente para que todo salga como desde San Telmo se desea que tiene que salir. Ha sido clave para la lucha grecorromana con los sindicatos con los recortes y en la negociación con la cúpula para reducir cargos y suplementos. Ramírez siempre ha estado ahí. En el caso de la RTVA desde su fundación, en 1989, aunque fuera en el centro territorial de Jaén. El conocimiento de su tierra y la proximidad al poder político le llevó a dirigir dicho centro, desde el que tiempo después dio el salto a las instalaciones de San Juan de Aznalfarache. Fue en 1998. Nombrado director de Informativos por Eduardo Abellán, por petición expresa del consejero fuerte de Manuel Chaves, Gaspar Zarrías, el siguiente director general, Rafael Camacho, no dudó que Ramírez era la pieza necesaria para que Canal Sur nunca defraudara.

 

Podrían llegar todos los cambios que sólo una columna iba a aguantar todos los vaivenes. Cuando en 2008 Chaves nombra a Pablo Carrasco, el contrapeso de control político iba a ser el de Jaén. Un supervisor político firme junto a un director más interesado en los contenidos de entretenimiento y audiencias. Ramírez se convirtió en director de Antena y Comunicación, creciendo su sombra. 

 

La gestión de Carrasco fracasó en aceptación (sí, en índices de audiencia) y su hombre de confianza, Mario López, se marchaba a La Sexta en el verano de 2012. Ramírez, el hombre político, "el que siempre está ahí", aumentaba de talla, y fue impuesto por la entonces consejera Susana Díaz como responsable de contenidos. Carrasco aguantó hasta marzo de 2013 y Ramírez siempre estaba enfrente. El director de la radio, que Carrasco había arrinconado allí, Joaquín Durán, que aguardaba su oportunidad, se convirtió en director interino.

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