Andalucía

El presunto parricida de Ubrique afirma que sus hijos se mataron entre ellos

  • El acusado afirma que es inocente en su tercera versión diferente de los hechos, tras confesarse culpable la primera vez.

Juan Márquez Fabrero, acusado de acuchillar 40 veces a sus hijos en su domicilio de Ubrique, ofreció ayer su tercera versión sobre cómo se produjo la muerte de sus hijos, Laura y Juan Pablo, de 19 y 17 años, el 6 de octubre de 2014. En la segunda sesión del juicio, la declaración del acusado, que se prolongó casi tres horas, supuso una variación sobre su anterior narración exculpatoria en el juzgado, después de que horas después del crimen se hubiera confesado culpable.

En un relato apenas comprensible por sus sollozos, se pudo intuir que el crimen fue el resultado de una pelea entre los dos hermanos en la que Márquez intentó mediar arrebatándoles los cuchillos cuando ellos ya se habían herido mortalmente.

La principal novedad en esta nueva versión es la aparición de un cuchillo, que sólo figura en el relato del acusado, ya que a efectos de prueba ese cuchillo nunca ha existido. Hasta este momento, el acusado afirmó que en la refriega mortal entre hermanos sólo había un arma. La historia parecía bastante inverosímil, ya que si fuera así los hermanos tendrían que haberse turnado el cuchillo para apuñalarse. Sin embargo, con la mención a un nuevo cuchillo parecía que el acusado trataba de dar forma algo más sólida a su defensa.

Al ser preguntado que por qué no mencionó antes este cuchillo, justificó que "para que mi hijo no rezara como un asesino. Pero fue así: mi hijo mató a su hermana". El relato era tan enrevesado que el propio jurado, después de su larga declaración, tuvo que pedirle algunas aclaraciones sobre detalles que parecían poco comprensibles.

El acusado contestó a las preguntas del fiscal argumentando que él no sabía "cómo se mataron, pero lo hicieron, yo no asesiné a mis hijos. Nunca les he pegado". El presunto parricida también subrayó que nunca había matado " a ningún animal, sólo los despedazaba en la matanza". También repitió en varias ocasiones que su hija Laura le quería matar.

De sus tres versiones la única que parece tener lógica, aunque será el jurado el que dictamine sobre ello siguiendo las pruebas que se exhiban en los próximos días, es la que realizó ante la Guardia Civil poco después del crimen, tras ser encontrado en un paraje de la Sierra con la ropa totalmente empapada de la sangre de su hija. Allí admitió que él mató a sus hijos.

Márquez se desdijo de esta declaración firmada de su puño y letra: "Los agentes me aplastaron la cabeza y me golpearon en los oídos. En la celda me sangraban, no escuchaba ni entendía nada. No recuerdo nada de esa declaración". En aquella declaración, le recordó el fiscal, llegó a afirmar que si su hijo Juan Pablo no se hubiera despertado seguiría vivo.

Sin embargo, Márquez subrayó ayer que dicha afirmación era falsa porque él quería a su hijo. "A Laura no porque se había vuelto rebelde y no atendía a razones", declaró el acusado.

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