Cultura

Félix Modroño gana el Premio Ateneo con la novela 'El secreto del Arenal'

  • El bilbaíno afincado en Sevilla propone una historia de misterios cruzados en dos épocas distintas. La alicantina Mado Martínez consigue el Ateneo Joven por 'La Santa', una historia de terror.

Félix G. Modroño, bilbaíno de 49 años afincado en Sevilla desde hace tres lustros, se hizo ayer con el XLVI Premio de Novela Ateneo de Sevilla por su obra El secreto del Arenal, una historia en la que, como acostumbra el autor, funde ciertos rasgos de la novela histórica con elementos de otros géneros como el misterio o los relatos de corte romántico. El Ateneo Joven, fallado también anoche durante una gala celebrada en el Real Alcázar, fue para la periodista y escritora Mado Martínez (Alicante, 1979), que propone una novela de ambiente enrarecido y vetas de terror, el del internado de señoritas en la montaña donde transcurre La Santa. Ambas obras serán editadas el próximo mes de octubre por Algaida -que en colaboración con el Ateneo y Ámbito Cultural de El Corte Inglés convoca el galardón-, y a la publicación de sus libros Modroño y Martínez sumarán los premios en metálico, de 24.000 y 6.000 euros espectivamente.

"Muy orgulloso", y por descontado muy contento, Modroño decía anoche que aún no había asimilado por completo la recepción del premio. "A mí, la verdad, me cuesta reconocerme como escritor, así que me imagino que a partir de ahora me lo creeré un poco más", confesaba el autor de novelas anteriores como La sangre de los crucificados, Muerte dulce o La ciudad de los ojos grises. En su fallo, el jurado del Ateneo -compuesto por Alberto Máximo Pérez Calero en calidad de Presidente de Honor, Luis del Val, Ramón Pernas, Miguel Ángel Matellanes, Miguel Cruz Giráldez y María A. Prior Venegas- alabó tanto su "maestría en el manejo del lenguaje y de la trama" como una labor de documentación que le permite al escritor "cuidar con mimo hasta el más mínimo detalle".

Este último aspecto es decisivo, puesto que Modroño ambienta su novela en dos épocas distintas, la actual y los años 40. "En realidad son dos novelas en una", explicó. "Hay una narradora que cuenta en primera persona una historia que sucede entre Sevilla y Bilbao, en nuestros días y con el mundo del vino como trasfondo, entre muchos aromas y paisajes de viñedos; y hay otra que ocurre en la Sevilla de los años 40, en lugares muy evocadores como el Parque de María Luisa, y que la cuenta un narrador aparentemente omnisciente". En ambas hay "crímenes, misterio y tramas sentimentales", añade el autor, que aunque prefiere no desvelar mucho más de El secreto del Arenal sí que adelanta que el libro depara algunos guiños a la Generación del 27 e incluso un cameo de Luis Cernuda. Por lo demás, lo que plantea esta historia que gira en torno a dos crímenes sin resolver -"sin castigo", especifica- en esos dos tiempos diferentes, es el clásico conflicto "entre biología y cultura, o entre instinto y educación", ya que el núcleo dramático de la novela, dice, merodea en torno a "ese jardín secreto que todos tenemos dentro y que está lleno de cosas que pensamos pero nunca contamos, y que no nos atrevemos a confesar ni siquiera a nuestras personas más íntimas".

"No quepo en mí de alegría", confesaba por su parte Mado Martínez, que aunque se presentó a numerosos premios de relatos en su adolescencia, "hacía mil años" que no lo intentaba. Y ésta ha sido la primera vez que probaba suerte con una novela, explicó la autora, que dedicó el galardón a su madre y a San Pascual, al que le prometió un recuerdo si ganaba. "Es un santo muy justiciero, cualquiera no lo hace ahora", bromeaba esta licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Alicante y doctora en Lengua y Literatura por la Hispalense, además de escritora free-lance y colaboradora de publicaciones como Más Allá, Año/Cero o Planeta Desconocido, pues no en vano se declara una entusiasta de las historias de misterio.

Y eso ofrece, además de "terror y toques de fantasía y realismo mágico", la historia de La Santa, que transcurre en la España de los años 50, en concreto en un internado en medio de los Picos de Europa que queda totalmente aislado del resto de la civilización debido a una enorme vestisca. En medio del temporal, las niñas empiezan a desaparecer, "y nadie sabe si se están yendo por su propio pie, si las están secuestrando... nadie sabe qué sucede", y una de ellas, Isabel, la más protagonista en una historia "muy coral", tratará de sobrevivir a todo ello -incluso a su propio padre, el autoritario director del asfixiante colegio- "sin perder la cordura".

Al final, "porque tienen motivos para pensarlo, cosas raras que pasaron años atrás", los lugareños achacan esos extraños a La Santa, "una versión local de esa aldea de La Santa Compaña", relató Martínez, que ha escrito de otros temas -por ejemplo un ensayo sobre una de sus poetas favoritas, Alejandra Pizarnik. Vida y obra-, aunque la narrativa, dice la autora de títulos anteriores como La Maldición o La Guardiana, la reserva para su gran pasión: el terror.

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