José María García López. Escritor

"No creo que Pasolini buscara la muerte"

  • El autor publica la novela 'Pasolini o la noche de las luciérnagas' (Nocturna), un acercamiento a la figura del director italiano

-Cuarenta años después, ¿qué se sabe realmente del asesinato de Pasolini?

-Pues se sabe mucho, pero no se sabe toda la verdad. Existen dos teorías principales sobre su muerte. Una de ellas es que se debió a un conflicto entre chaperos que se fue de las manos. Pasolini repetía mucho que extrañaba una época anterior, cuando él era joven, en la que los intercambios sexuales con los muchachos, no necesariamente homosexuales, eran frecuentes, y que era algo recíproco, hedonista, sin carácter comercial; después, se complicó. También, al principio, Pasolini era pobre pero empezó a tener bastante dinero a partir de la Trilogía de la vida. Hay testigos que afirman haber escuchado voces meridionales y se puede pensar que estuvieron implicados los hermanos Borselino, Johnny il Blondino y algunos más, además de Pelusi, el único acusado. Este escribió un libro hace poco, al salir de la cárcel, pero tampoco decía nombres. Por otro lado, está la teoría de la conspiración política: a partir del asesinato de Enrico Mattei (que pretendía reforzar el suministro de petróleo de Italia con Argel) y del periodista que lo investigaba, Mauro de Mauro, Pasolini comenzó a escribir Petróleo, sobre el caso.

-Comunista y homosexual confeso en los años del plomo, ¿no tenía miedo de terminar como acabó?

-Tanto lo temía que tiene un texto en el que habla de un poeta que muere de una forma muy parecida, apaleado en Sicilia. Además de todo el interés comercial petrolífero, esa época vio el nacimiento de la Operación Gladio: una fuerza que estaba determinada a impedir que el Partido Comunista italiano adquiriera fuerza durante esos años. Esa fuerza fascista tenía vínculos potentes con la mafia, que siempre ha sido muy fascista: es sorprendente ver cómo el fascismo italiano tras Mussolini se refunda ya en el año 47, nada más terminar la guerra, y ha continuado después. Los grupos de terror fascistas cometerán distintos atentados en Bolonia, Milán, Roma, de los que culparán a los anarquistas.

-¿Tenía Pasolini una pulsión autodestructiva, buscaba el peligro, el castigo...?

-En Pasolini parece que toda su vida es un intento de preparar la muerte. Cuando viajaba a India, a África, salía solo por las peores zonas. Tenía un sentimiento de culpabilidad que abarca la represión sexual, el carácter paterno (el padre de Pasolini mantenía una relación de admiración y desprecio por su hijo); probablemente, además, los padres lo culpabilizaran, y desde luego, él lo hacía, de la muerte de su hermano, partisano... Y luego esta esa creencia católica, de la que nunca se libra, de que en el mismo castigo se va forjando el espíritu. Pero no creo que Pasolini buscara la muerte, simplemente, porque la madre vivía y sentía adoración por ella. Aunque sus amigos le advirtieron y salvaron muchas veces de los peligros que corría, y vivió varias situaciones conflictivas.

-¿Cuántos procesos llegó a tener abiertos?

-Uf, unos treinta y tantos. La mayor parte de los cargos eran por escándalo y por algo que se llamaba Vilipendio de la Religión Católica. La reacción de la prensa al respecto también fue bastante miserable: Pasolini era un chivo expiatorio al que se podía golpear por todas partes. Por otro lado, era gran admirador de Juan XXIII, El Evangelio según San Mateo no hubiera podido hacerse sin el apoyo del Vaticano. De hecho, es sorprendente cómo el propio Vaticano salió en defensa de la película a través de Il Observatore Romano diciendo que la cinta era impecable y que si, como se decía, Pasolini era un pecador, lo que había que hacer era aliviar sus heridas.

-Por actitud vital, uno puede pensar que Pasolini era un progresista pero luego estaba en contra de cuestiones como el divorcio o el aborto.

-Estaba en contra del Código de Justicia de la época. Y en contra del aborto porque decía que la sociedad italiana no estaba preparada para ello. Llegó a decir que con otro planteamiento y otra sociedad, él votaría a una ley del aborto, pero así, no. Una sociedad que manda a la cárcel a un hombre por vivir con otro no puede ser ni creerse permisiva, decía. Además, decía que era vitalista y no podía estar contra la vida, por no hablar de sus supuestos recuerdos en el vientre materno... Respecto al matrimonio, simplemente, su opinión era que, para separarse, la gente no debía casarse. Para Pasolini eran pátinas modernas que formaban parte del desarrollismo, del consumismo. Por eso muchos, como Italo Calvino, lo acusaron de inmovilista. Era muy ortodoxo en sus creencias particulares: ni siquiera simpatizaba con Aldo Moro, al que consideraba un blando.

-Y luego está ese aspecto irremediablemente oscuro. Ilegal, de hecho: el gusto por los adolescentes.

-El mismo se confesaba pederesta: tenía sexo con chicos de 15 ó 16 años. Su primera denuncia, mientras ejercía como profesor, lo expulsó del PC y de ejercer la docencia. Hay quien piensa que quizá fuera una trampa.

-En la novela aparecen un par de policías que terminan, a lo largo de los años, obsesionándose con el caso, a lo Zodiac.

-En las últimas páginas, que resumen un poco la investigación de ambos, llevada al delirio, vemos que es un caso con un montón de cabos, un montón de nombres... El caso tiene muchos huecos: el lugar del crimen no fue acotado, había una pelota de niños que jugaron al fútbol, huellas de otros coches, llovió sobre el Alfa Romeo de Pasolini, que además estaba lleno de pistas falsas y de otras -por ejemplo, una plantilla ortopédica que podría pertenecer a Il Blondino- que no han podido analizarse en profundidad. En diciembre de 2014, se dio una petición para la reapertura del caso según parámetros de la moderna policía científica. Luego está la supuesta desaparición del capítulo XXI de Petróleo, que yo creo que no fue escrito, aunque su sobrina afirma que robaron unos documentos de casa de su tío... El coche con el que lo arrollaron, propiedad de un tal Antonio Pinna, pasó por dos talleres manchado de sangre. Pinna está desaparecido desde el inicio del caso.

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