Poco a poco, los jugadores foráneos comienzan a marcharse a sus respectivos países de origen. Uno de los últimos será Tremmell Darden, que ha esperado a que sus hijos casi terminaran el curso escoltar y que esta semana volará de vuelta a Las Vegas, su lugar de residencia. Darden reposa y se recupera de la temporada, de regreso a Estados Unidos empezará a entrenar. Se marchará el alero norteamericano sin saber con certeza si jugará la próxima temporada o no en Málaga. "De momento, estoy tranquilo, esperando, creo que la opción del club finaliza una vez termine la competición. Supongo que lo primero será decidir quién es el entrenador y a partir de ahí se verá. Nadie del club me ha comunicado nada concreto, si sí o si no sigo. Así que, esperando", decía ayer Darden mientras disfrutaba de la tarde en compañía de sus hijos.

La continuidad del californiano en Málaga no está descartada. Es un jugador muy del gusto de la dirección deportiva. De hecho, Manolo Rubia señaló como una de las causas de la catástrofe sus lesiones. Al jugador le haría ilusión continuar aquí: "Por supuesto, Málaga es una gran opción. Pese a esos meses malos, a esas lesiones, que fue la primera vez que he tenido una operación en mi vida, he disfrutado mucho jugando a este nivel. Mi mujer y mis hijos han estado muy contentos aquí y sólo tengo palabras de agradecimiento para el club y la ciudad. Es seguramente la mejor entidad en la que he jugado en mi carrera y seguro que continuar sería una buena señal para mí. Pero lo dicho, no depende de mí".

Y es que para el norteamericano ha sido un año extraño. Comenzó jugando a alto nivel y siendo clave en el buen funcionamiento coral del equipo en la primera vuelta, hasta que en Kaunas se rompió a finales de noviembre el dedo gordo de la mano izquierda. "Ha sido duro, sí. En los primeros meses sí pude jugar mi mejor baloncesto, pero después fue complicado. Muchas semanas parado te quitan confianza. Nunca antes en mi carrera había estado tanto tiempo fuera seguido, nunca me habían operado. Eso me mermó, no es una excusa, es la realidad. Fue doloroso, pero de toda experiencia se aprende. Fue duro cuando volví a recaer, pero creo que supe pelear para ayudar al equipo", asevera Darden, que confiesa que su año en Málaga "ha sido una experiencia tremenda. He podido jugar en las dos mejores competiciones del mundo fuera de la NBA, en la ACB y la Euroliga. Ha sido la culminación de un largo viaje, con 30 años tras jugar en países diferentes. He podido ver de cerca a jugadores como Kirilenko, Diamantidis, Navarro... Son jugadores top, diferentes, la Euroliga es la competición más grande en la que he jugado. Así que, claro, a quién no le gustaría seguir aquí".

"La mayor diferencia con respecto a Francia, por ejemplo, es la cantidad de equipos buenos", especifica Darden: "Aquí nunca puedes pensar que vamos a ganar por 20. No, eso es imposible. Incluso el mejor equipo, el Barcelona, no lo tiene garantizado".

Durante estos días ha salido como futurible cajista el nombre de Blake Schilb, alero del Chalon francés, con el que ayer, por cierto, se proclamó campeón de Copa tras derrotar al Limoges. Darden le conoce bien. "Sí, he jugado dos años contra él. Ofensivamente es un jugador muy habilidoso, puede anotar de diferentes formas, en el poste bajo, en continuación tras el bloqueo, con tiros... Es muy completo ofensivamente, tiene mucha hambre y cada año ha mejorado, esta temporada ha sido el MVP de la competición y le felicito por ello. Igual es mi sustituto aquí, no lo sé", afirma Darden, que sonríe cuando se le expone la posibilidad de que fueran pareja de aleros: "Oh, sí, seguro que seríamos un dúo complementaria, donde uno no llegara, el otro sí. Y sería bueno para los dos entrenar cada día uno enfrente del otro, sería grande. Pero claro, no depende de mí".

Darden se marchará a Las Vegas sin saber si volverá a Málaga. El Unicaja ponderará opciones mejores en el mercado. Pero si no...