balonmano lDivisión de Honor Plata

Por amor al balonmano

  • El Asisa Costa del Sol y el Fuengirola Un Sol de Ciudad debutan hoy · La ilusión y la austeridad (nadie cobra) presiden los proyectos de dos equipos jovencísimos

El balonmano femenino español tuvo este verano en los Juegos Olímpicos la mejor promoción de su historia. Ese partido por la medalla de bronce, conquistada tras derrotar a Corea del Sur, tuvo a casi millón y medio de españoles delante del televisor. Después, la dura realidad. El grueso de la selección juega en el extranjero por los problemas económicos que acucian a los clubes de aquí. Difícil impulsar así la competición.

Málaga conoce de primera mano esta situación. Tierra de balonmano, Marta López, medallista en Londres, juega en el Fleury francés con otras compañeras de selección. La esteponera Nuria Benzal, también internacional absoluta, está en el Zajecar serbio con otras españolas. Para ganar algo de dinero con el balonmano hay que salir de las fronteras del país. Cada vez más.

En cuestión de clubes, el clásico Asisa Costa del Sol y el pujante Fuengirola Un Sol de Ciudad comparten el techo del balonmano malagueño femenino. Ambos coinciden en la División de Honor Plata, la segunda categoría nacional, que se divide en dos grupos de 10 equipo. El último de cada uno desciende y los tres primeros de cada uno compiten en una posterior fase con las tres mejores del otro para obtener los dos billetes a la ABF, la élite. Las malagueñas están inmersas en un grupo en el que hay tres equipos canarios (Lanzarote Puerto del Carmena, Tejina Tenerife y CB La Salud-Tenerife), dos madrileños (Leganés y Getasur), un valenciano (Castellón), un catalán (Ampostá) y otro andaluz, las cordobesas del Adesal. Para sufragar los viajes, sobre todo a Canarias, se hace un fondo común con los equipos del otro grupo, que aportan una cantidad mayor para compensar ese gasto extra, inferior para ellos.

Los dos equipos comienzan hoy en casa la competición. El Asisa en Carranque (19:00 horas) ante el Lanzarote Puerto del Carmen y el Fuengirola en el Elola (18:00 horas) ante el Castellón. Estas últimas recibirán antes del partido la copa acreditativa como campeonas de la Primera División Nacional Femenina en 2011/12.

La ilusión y la austeridad presiden ambos proyectos. Nadie cobra, ni siquiera los entrenadores. El Asisa tiene una media de edad de 22.3 años, cuenta Diego Carrasco, clásico entrenador del equipo. "Seguimos siendo mismo bloque, salvo Esperanza López, que se marchó a Córdoba. Su hermana gemela, Soledad, se queda con nosotros. Hemos recuperado a Odalys, que fue madre el año pasado. Ella tiene 29 años y sube algo la media de edad. Seguimos siendo un equipo 100% malagueño. Nadie recibe a cambio nada, antes se podía dar un incentivo a las jugadores por los viajes, ahora nada, nos cuesta el dinero. Y gracias que Asisa ha seguido, si no hubiera estado muy difícil salir", relata Carrasco, cuyo equipo se quedó el año pasado a un punto del ascenso a la ABF. El objetivo es "seguir siendo humildes, sabemos nuestras limitaciones. El año pasado quedamos terceras de España, pero ahora hay que hacer borrón porque ya eso no vale de nada". No obstante, aunque en voz baja, la idea de pelear por el ascenso tantas veces tocado con las manos y negadoestá ahí.

El Fuengirola regresa a una categoría en la que ya militó un lustro atrás. Un club 100% de cantera que no ha hecho ninguna locura tras lograr brillantemente el ascenso el año pasado. Su entrenador, Christian Domínguez explica que "la plantilla se ha rejuvenecido. Han vuelto algunas chicas que habían jugado fuera por estudios, pero todo el equipo es malagueño. Algunas sí tiene experiencia en esta categoría o superior, como Marta Jiménez, que ha jugado en el Vícar Goya, de la ABF".

"La permanencia sería un gran triunfo, intentaremos adaptarnos a la categoría aunque vamos un poco a ciegas porque no conocemos a los rivales", relata Domínguez, que resalta que "la ilusión de las chicas y la gente del club es lo que saca esto adelante. Es totalmente deporte amateur. La ilusión llega a que alguna jugadora dejó o cambió de trabajo para poder jugar. Las chicas no cobran y esto se apoya con venta de lotería, algo de patrocinio... Está difícil sacar esto adelante".

La media de edad del equipo de Fuengirola también oscila entre 21 y 22 años. Dos bloques jovencísimos que llevan la bandera del balonmano malagueño básicamente por amor a este deporte. No hay más retribuciones que jugar y disfrutar de él.

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