Cuando acabó la temporada pasada, Spencer Nelson se despidió definitivamente de sus compañeros y de los empleados del Gran Canaria comentándoles que su futuro estaba en Málaga. El acuerdo entre el Unicaja y el alero estadounidense es un hecho desde semanas, meses atrás. Se manejaron los tiempos, pero no se controló un detalle que se ha desbocado. El jugador compró por 30.000 euros su libertad, pero sus derechos para España continúan perteneciendo al Herbalife. U1st, la agencia de representación que pasó a llevar sus asuntos a mitad de la campaña pasada, no estudió bien el contrato firmado por Nelson y esa cláusula de salida. Al Unicaja le comunicó que estaba libre y por ello el club malagueño contaba con él. La pelota se la pasa el club malagueño a U1st, entre la espada y la pared porque esa negligencia ha perjudicado a un jugador al que representa desde sólo hace unos meses y que estaba en la víspera de firmar probablemente su último gran contrato a sus 33 años.

El Gran Canaria no contaba con Nelson y ya tiene un sustituto apalabrado. En la partida de póker, no lo anunció aún. El fichaje de Toolson dejó alguna herida abierta en la entidad insular, donde no gustaron las formas cajistas. El Unicaja no paga, el Gran Canaria quiere cobrar y Nelson jugar en Málaga. Así en frío se demandaría un esfuerzo por las tres partes para el arreglo de la situación. En Los Guindos se marcó esta semana la frontera para que sea Nelson o ampliar los horizontes para el cuatro titular. Kendall, Eliyahu o Caner-Medley son valorados por el club y agitados por los agentes.