El Málaga sigue redondeando un verano de buenas incorporaciones. En apenas unos días se juntó un cóctel peligroso: el traspaso de Jesús Gámez al Atlético de Madrid y los temores ante los problemas lumbares de Flavio. Sin embargo, con un buen y rápido movimiento ha resuelto el problema; si no en su totalidad, porque hay voces en el club que abogan por la llegada de otro central, sí en gran medida. Y es que el fichaje de Miguel Torres viene a paliar cualquier incidencia que pueda ocurrir en los puestos de la retaguardia. Lateral derecho por vocación, izquierdo de ocasión y central por evolución, se convierte en un versátil refuerzo que viene a dar más tranquilidad si cabe a Javi Gracia para su plantel de este año.

Ayer todo se hizo muy rápido. El madrileño llegó a la ciudad por la mañana junto con su representante, a primera hora de la tarde pasó el reconocimiento médico y posteriormente subió a las oficinas para firmar el contracto que ya habían pactado en las últimas horas. Su incorporación se gestó de manera rápida. Hace unos días el club recibió un doble ofrecimiento para paliar esas carencias que dejaba Jesús Gámez: Miguel Torres y Zaccardo, italiano del Milan. Se atendieron ambas propuestas, aunque las dos se escapaban de las posibilidades blanquiazules. Sin embargo, cuando la entidad trabajaba en otras opciones, hace un par de días los dirigentes recibieron una llamada de parte del agente del zaguero en la que mostraban su firme intención de rebajar considerablemente sus emolumentos para ajustarse a los cánones de la entidad de Martiricos. Así que la operación se fraguó en un rápido entendimiento.

Desde el club resaltan el enorme esfuerzo hecho por el futbolista, al que ayer pudieron testar muy motivado por volver al fútbol español y con ganas de hacerse importante en el plantel de Javi Gracia. Tras haber obtenido la carta de libertad en el Olympiacos recientemente, el mercado holandés y el alemán habían llamado a sus puertas, pero el paso por el fútbol extranjero no le había terminado de llamar la atención y deseaba retomar la carrera de siete años en Primera División que inició en el Real Madrid (2006) e interrumpió en el Getafe el verano pasado.

En compensación de ese esfuerzo, el club sólo pudo ofrecerle una temporada al futbolista de 28 años, puesto que en un principio la idea era buscar una solución temporal a la salida del lateral fuengiroleño, aunque queda en la recámara una opción para prorrogarle la vinculación hasta junio de 2017.

Miguel Torres será presentado el próximo lunes a las 12:00 en la sala de prensa del estadio de La Rosaleda, justo el mismo día en el que se incorporará a la dinámica blanquiazul. Y es que el madrileño tiene que terminar de recoger sus pertenencias de Atenas y hacer su mudanza a la Costa del Sol, por lo que precisa de algunos días libres para ello.

Existe bastante satisfacción en el seno de la entidad tras la adquisición del futbolista, el cuarto que llega a coste cero tras las incorporaciones de Rosales, Boka y Luis Alberto (cedido). Se valora la polivalencia que demuestra el canterano blanco, que está acostumbrando a los grandes retos tras su paso por el Real Madrid, el Getafe (con el que siempre pugnó por entrar en competición europea) y el Olympiacos de Míchel, con el que se proclamó campeón de la liga griega la pasada temporada. Curiosamente, allí fue compañero del exmalaguista Saviola.

Después de esta incorporación, ahora mismo los esfuerzos de la secretaría técnica se centran en Amrabat, con el que se mantiene el compás de espera con optimismo en que pueda haber fumata blanca, y la llegada de un delantero siempre que se ponga a tiro y convenza de sus prestaciones. No obstante, hay que buscar hueco en la plantilla, en la que hay overbooking de jugadores con los que no se cuenta para el campeonato entrante.