Weligton es siempre un interesante termómetro del vestuario blanquiazul. Habla desde la veteranía de la edad y de la militancia en el mismo equipo. Por eso siempre hay que escucharle. Ayer habló en Ser Málaga, donde tocó varios temas. Entre ellos, cómo ha cambiado el cuento blanquiazul. Las dudas que había sobre el proyecto en verano ahora han quedado fulminadas con las tres victorias seguidas, la última con un empaque digno de gran equipo. "Venimos de una temporada en la que sufrimos en la parte baja. Era complicado y lo pasamos mal. Con el cambio de entrenador y jugadores había incertidumbre, muchos había en contra del míster y en contra de la gente de la cantera. Nadie sabía lo que iba a pasar. Gracias a Dios, hemos estado afortunados, los niños aprovechan su momento y el míster está demostrando que lo de Osasuna no fue solo culpa suya. Que siga así hasta el final", comentó el brasileño.

Eso sí, una cosa es reconocer méritos, y otra dejarse llevar por la euforia que había ayer en la grada. Ilusión y ensoñación para los aficionados sí; euforia en el vestuario, no. "Ya conocemos cómo va esto, desde principio de temporada vamos partido a partido, preparando el partido con el rival siguiente. Estamos felices por llegar donde estamos y la manera, jugando, marcando y encajando poco. Fuera hay euforia, pero dentro estamos centrados, queda mucho, ya tenemos experiencia de equipos que terminaron en UEFA o Champions y luego sufrieron para no bajar. Hay que poner humildad y esfuerzo para conseguir los objetivos", indicó el central.

Weligton tocó nombres propios. Como uno que está de moda, el de Samu Castillejo. "Tiene su velocidad, regates, no tiene miedo de encarar, es osado... Nos da algo diferente, y eso para nosotros es importante. Samu tiene ese algo diferente", dijo el brasileño, quien también tuvo un guiño para su querido Portillo: "Es uno de los grandes amigos que tengo en el vestuario. A principio de temporada, cuando le dijeron que no contaban con él, vino a hablar conmigo. Me pidió consejo y le intenté decir lo mejor posible. Por una cosa u otra, no tiene minutos pero es un niño que tiene muy buena cabeza y una gran familia. Está tocado por no jugar, pero vamos a ver en el mercado de invierno. Portillo tiene que jugar. Si tiene que ser feliz en otro, club tiene que buscarse la vida. En ningún momento quiso irse. Si sigue así en enero, mi consejo es que se vaya y tenga un equipo donde pueda jugar. Tiene mucha calidad, es un jugador de Primera", remató.