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Fran está de vuelta y sin rencor a Tavares

  • "Me dijo que lo sentía y me pidió perdón", asegura el gallego sobre el manotazo que recibió en Las Palmas

Fran Vázquez aparece por el vestuario del Martín Carpena con la nariz ostensiblemente hinchada por el zarpazo de Walter Tavares en el partido de Las Palmas. Si tiene rencor con el gigante caboverdiano, al que posterizó con un mate espectacular durante los pasados play off por el título, lo disimula bastante bien. Pasado el susto inical tras ver cómo brotaba abundante sangre y cómo las pruebas, horas más tarde, descartaban una fractura, el pívot gallego se lo toma con filosofía y ya está entrenando con normalidad pese al visible hematoma.

"Fue sólo un golpe, al principio creía que era más importante. Fuimos al hospital y no hay nada roto y creo que podré jugar el siguiente partido", dice el de Chantada, que admite que "cuando vi la sangre en mis manos pensé que la nariz estaba rota, pero los médicos, tanto Diego [Montañés, doctor del Unicaja] como el del Gran Canaria me dijeron que no, aunque no se sabía si había fisura".

La posibilidad de jugar con máscara para proteger la zona se contempló, pero Fran la descarta. "Si estuviera rota sí jugaría con máscara, pero si es un hematoma sólo no hará falta. Bajará la inflamación, espero, y jugaré sin problemas", dijo Fran en el Carpena, al tiempo que admitía haber visto por internet las imágenes del golpe. Hay quien sostiene que fue de alguna manera un ajuste de cuentas del africano con Fran, pero el jugador cajista quita hierro al asunto y, con elegancia, da por cerrado el tema. "Sí, lo vi un poco, para saber cómo había sido. Tavares me dijo que lo sentía y me preguntó cómo estaba. No le guardo rencor. Te podía dar en la nariz o en otro lado con un jugador tan grande delante. A este nivel de competición te puedes llevar estos golpes. Por mi parte está olvidado, todo bien. No intenté increparle ni nada. Salió de él, me pidió disculpas y perdón, sin rencores".

Sí reconoció Fran que le pidió a Joan Plaza que le devolviera a pista, pero el entrenador no quiso "jugar con la salud de nadie", según confesó tras el partido el técnico catalán. "Yo quería jugar y no podía ser, pero el equipo dio un paso adelante, con la baja de Carlos y la mía sacó un partido complicadísimo donde ganarán pocos equipos", explicó Vázquez, que acabó bromeando con el mote que le habían puesto en el vestuario. Pinocho, por aquello del inflamado apéndice nasal. La idea fue obra de Carlos Suárez, que fue bautizado como "Pistorius" por Fran. "Es síntoma del buen rollo que tenemos", acabó el gallego.

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