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Historias de un Fiat Uno negro

  • Plaza relata su relación con Limoges, donde tiene familia y donde recorría con frecuencia los 700 kilómetros que distan de Barcelona para ver allí los entrenamientos de Bozidar Maljkovic

Bozidar Maljkovic refería en estas páginas días atrás su relación con Joan Plaza y su gusto por el juego del Unicaja y la manera de entrenar del técnico catalán, con el que le une una relación estrecha desde hace más de dos décadas. Es curioso el origen, que tiene en Limoges, el rival hoy del Unicaja, un buen nexo de unión.

"Con Limoges tengo una buena vinculación, tengo familia allí", relata el entrenador del Unicaja; "Mi Fiat Uno negro lo quemé yendo de Barcelona hasta allí cada dos por tres para disgusto de mi mujer. Es una ciudad con muy buena tradición del básket. Era el club abanderado del baloncesto francés con Pau. En su plenitud como entrenador Boza Maljkovic sacó petróleo de un grupo de jugadores por los que nadie daba un duro. Podían jugar a 60 puntos o ser verticales, defensivamente eran algo extraordinario. Saqué muchas conclusiones de verles, aprendía muchísimo de Boza. Y para allá que iba con el Fiat cuando podía (700 kilómetros separan Barcelona de Limoges)".

Plaza explica el origen de la relación entre ambos. "Yo estaba peleando por hacerme un hueco en el baloncesto. Recuerdo que mi contacto con Boza, que ha sido fundamental en mi vida, se inicia cuando él estaba en Barcelona, nos conocimos en unas conferencias. A raíz de una pregunta incómoda, o muy buena (risas), se interesó por mí cuando yo estaba en los cadetes de la Penya. Limoges, Panathinaikos... Desde ahí siempre tuve relación. Me dijo que me llevaría de ayudante, pero en Málaga escogió a otro y le dije que no le hablaría más (risas). Cumplió su palabra cuando me llevó a Madrid. Mi relación ha sido muy buena. Llego a Madrid gracias a él, mi vinculación ha sido muy alta que él, hasta cosas que no imaginaríais. El trato fue muy cercano, a veces era averiguar sistemas del equipo rival, hablar de cómo arbitraba este o aquel... Ha habido una relación estrecha. Si entrené al Madrid fue porque él me llevó allá y me lancé, mi gratitud hacia él es enorme", afirma el técnico catalán sobre el que fuera quien llevó al Unicaja a la primera final y al primer título de su historia.

"En ese proceso de diálogo que tenemos con los jugadores intentamos hacerles ver cosas del pasado. Hace unos meses les hablaba de Magic Johnson u Olajuwon y había jugadores que no sabían quiénes eran. Empiezo a ser viejuno y el tiempo pasa, ahora les has da hablar de LeBron, Durant o Wade. Les digo de Charles Barkley una semana y no saben que era gordito de 1.98 que cogía rebotes. A menudo debemos ser capaces de transmitirle la historia. Deben saber que aquí se vivió una gran final contra el Limoges y que eso fue un hito en la ciudad", insiste Joan Plaza, que, pasando al presente, habla del contrincante de hoy: "Cuando llevas una serie de partidos buenos y ganados tú eres el principal problema. La mente humana tiende a relajarse. El Limoges es un equipo atlético, físico, con muchos africanos, americanos, franceses que quiere ponerse en el escaparte. Con un base (Westermann) cedido por el Barça y de mucho talento. Van muy bien al rebote, promedian 16 ofensivos. Nuestra media era 14 el año pasado y fuimos de los mejores de Europa. Van muy fuertes al robo, provocan 13 balones perdidos del rival. Tienen muchas rotaciones. Zonas press, zonas cambiantes atrás... Será duro física y mentalmente".

"Ganar es un paso importante", insistió Plaza: "Idealizamos poder llegar a CSKA y Maccabi, que pueden estar en la Final Four, con el 3-0 por aprovechar los partidos en casa y por la importancia que tiene. El 3-0 no garantiza nada, pero sí nos pone en el buen camino. Mi retórica acaba aquí, pero que la gente nos ayude, la necesitaremos. Hay muy buena predisposición, queremos sentir el aliento del público. Los 6.000 del otro día apretaron como 8.000. A ver si aumentamos a 8.000 para que sean como 10.000".

Por último, explicó por qué no pide tiempos muertos en este arranque de temporada: "Se trata de ahondar en el proceso de que el jugador encuentre por sí sólo la solución. Que no tengas que parar con 0-7 el partido, cada partido es una historia distinta. Que se rearmen dentro del partido, que sean capaces de encontrar soluciones. Que dentro de las pautas que les hayas dado vayan encontrando salidas. A veces te sale mal pero en el cómputo global de toda una temporada es positivo".

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