El Unicaja sale esta mañana rumbo a Tel Aviv en el, salvo cambio de planes inesperado por la Euroliga, último viaje de 2014. Pero, eso sí, será bien largo. Mañana se juega en Tel Aviv y el domingo en Zaragoza. Pocas horas después del partido en tierras israelíes se tomará un avión rumbo a Madrid, desde donde se enlazará hasta la vera del Ebro. Después de estudiarlo se estimó que era menos paliza, a costa de menos días en casa, que regresar a Málaga e ir el domingo a la capital aragonesa. Desde ella se volverá tras el partido (12:15 horas, Orange Arena).

En la expedición está Morayo Soluade, que no podrá jugar mañana con el Clínicas Rincón pero que disfrutará de otra experiencia con el primer equipo ocupando el lugar de Maodo Nguirane. El senegalés sigue convaleciente de su edema óseo. Ante el delicado estado de Stefan Markovic, con su problema en el dedo meñique del pie izquierdo, que no empeora pero no sanará hasta que repose, y Jayson Granger, cuya espalda manda señales de fatiga, viajará Soluade. El uruguayo trabaja a menor ritmo y descansa en alguna sesión para aliviar. De momento, se ha optado por seguir jugando. El jugador es el primero que no quiere parar y ayudar al equipo.

Tras jugar en Zaragoza el día 21 habrá un hueco de seis días hasta el encuentro con el Estudiantes (sábado 27). Será el último receso mínimo antes de una serie tremenda de partidos con la Euroliga y la ACB en pleno esplendor.