El fútbol es capaz de dejar una primera parte aburrida y cinco goles tras la reanudación. Y llevar el protagonismo de un tipo a otro de manera súbita. Porque Samu era el man of the match sin ninguna duda. Rompió el tedio de los primeros 45 minutos con regates preciosos, saliéndose de la monotonía, levantando al personal de la silla. Y buscando alguna asistencia de gol sin premio. Santa Cruz no le robó el protagonismo, lo compartió con él merced a su doblete, otro deleite para el aficionado. Al primero el quitó lustre el fallo de Lopo, pero en el segundo tiró de su libro de estilo para cabecear al segundo palo un centro medido de Amrabat.

El holandés fue el otro gran protagonista de la noche. Regresó como si no hubiera estado cuatro semanas sin jugar. Incisivo, potente, hambriento. Asistió en un gol y fue la mosca detrás de la oreja del Deportivo desde que entró al campo. Fue increíble que fallara en boca de gol el cuarto, rematado por Camacho en un alarde potencia. Gustó mucho el descaro de Juanpi en el terreno de juego, también la alegría con la que sigue empleándose Boka, que cada vez se muestra más dañino por el carril. Lastimosamente, de nuevo Portillo tuvo minutos residuales, no pudo lucir. Recio dio el tanto de la calma con una magnífica ejecución con el interior desde la frontal.