No hay más que atender estos días a las palabras de jugadores, entrenadores, directivos o empleados del club hacia Roque Santa Cruz para comprender lo que supone su marcha del vestuario. Nunca es tangible ese vacío, pero los aficionados ya se hacen una idea de la gran pérdida humana. Sí se puede echar un ojo a los números para ver de qué ha sido capaz. Su legado, tras sólo dos temporadas y media en nómina, es el de quedarse en el Top 10 de realizadores históricos de la entidad.

Son 19 los goles que ha marcado en Liga el guaraní. Los mismos que Migueli, Migueli y Gimeno, otros dos clásicos del CD Málaga. Ellos comparten la décima posición. Delante de ellos, nombres como Dely Valdés, Darío Silva, Pedro Bazán, Salva Ballesta, Duda, Torres, Rondón, Catanha y Musampa. La clasificación permite dar idea de lo que ha logrado el de Asunción, que aún permanecerá un tiempo en ella, puesto que el próximo que le puede arrebatar el puesto es Juanmi, que suma 13.

Capitalizando su aportación, tras 89 partidos oficiales vistiendo la camiseta blanquiazul se va con 25 goles en su haber, apenas un gol cada tres encuentros. Divididos en tres competiciones: 19 en Liga, cinco en Copa del Rey y uno en la Champions.

Ciertamente, tuvo fases en las que su relación con el gol no fue la más prolífica, y le costó parte del desencanto de la grada. Algo muy similar a la historia que escribió Dely Valdés. Como el paraguayo, llegó ya en la treintena, pero cuando decidió irse la afición lo sintió sobremanera. Además, el internacional rojiblanco siempre será recordado por tantos muy señalados. Como el que marcó ante el Oporto que consumó la remontada para meter al equipo en cuartos de final de la Champions, o su doblete en apenas diez minutos frente al Real Madrid en lo que supuso la primera victoria de la historia del Málaga CF contra los blancos.

Sin embargo, uno de los grandes méritos de Santa Cruz como futbolista blanquiazul fue brillar aun en los días en que no estuvo acertado de cara a puertas. Su capacidad para bajar del cielo cualquier balón y convertirlo en ataque, sus movimientos inteligentes y la capacidad de asociación con los compañeros siempre resultó un arma que le hizo indiscutible con Pellegrini, Schuster y también Javi Gracia.