Tras un mercado de verano bastante desagradable para él con réplica en este de invierno, Francisco Portillo ha vuelto a sonreír. Lo hizo ayer, como verdiblanco, tras pasar el reconocimiento médico y firmar los papeles que hicieron oficial su cesión al Betis. Su chip ya está enfocado en una sola cosa: "Es una alegría poder venir a un gran club como es el Betis, estoy con muchas ganas de conocer a los compañeros, al míster y ponerme a su disposición y aportar mi granito de arena para intentar conseguir el objetivo".

El centrocampista paleño ha pasado meses difíciles, a pesar de que redobló el trabajo a la espera de encontrar la oportunidad que se le negaba cuando en verano estuvo a punto de salir de la entidad. Con esta cesión, confía en cambiar el chip y ser útil para el equipo con una participación continúa en el equipo de Mel y recuperando su mejor fútbol, algo que siempre ha ido ligado a la continuidad de minutos. "El Betis, aunque esté en Segunda, es un equipo de Primera que merece estar en Primera", reseñó el canterano blanquiazul, que ya se ve preparado para debutar este domingo en El Molinón: "Estoy preparado si el míster lo requiere y lo ve oportuno. Estoy en forma y, si puede ser, estaré en Gijón".

A la espera de que Portillo cuaje en el Betis y los sevillanos consigan el ascenso, la operación podría reportar al Málaga casi un millón y medio más de euros, los concernientes a la opción de compra a favor del Betis, que tendría que ejecutar de manera obligatoria en el caso de regresar a la élite el próximo verano.