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Los centrales frenaron un final anticipado

  • Ochoa deja otra gran parada y el dúo Angeleri-Weligton se confirma Juanmi y Amrabat estuvieron irreconocibles

La faena apenas dejó rédito en las redes. No fue un día de pesca. El equipo no carburó y tampoco llegaron al rescate las individualidades. De hecho, lo mejor del Málaga se concentró en la defensa, hecho que seguramente evitó haber encajado el segundo tanto que habría acabado con la eliminatoria antes de los 90 minutos. Angeleri y Weligton se confirmaron como una pareja bastante sólida, en su tercer partido consecutivo, y Ochoa evitó que De Marcos adelantara a los suyos en la primera mitad.

Aunque no es un día de mucha felicidad, cabe destacar el crecimiento experimentado por Angeleri en los últimos encuentros. No es coincidencia que haya ocurrido con Weligton de compañero. El brasileño le ha dado tranquilidad y le permite jugar en una parcela más reducida, así se aminora su margen de error. Cuando el equipo se rompió en busca del empate, mantuvo la compostura atrás y evitó el 2-0. También había reclamado su cuota de protagonismo Ochoa en la primera mitad, cuando una pérdida infantil acabó con un tiro de De Marcos a bocajarro que él abortó con una mano llena de reflejos. Una parada difícil.

Fue un día para olvidar en ataque, ejemplificado en los días negados de Juanmi, que perdió muchos balones, y Amrabat, incapaz de aportar soluciones en ataque y errático hasta en los controles.

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