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Máxima presión en el centenario de Guardiola

  • Cumple 100 partidos con el Bayern obligado a remontar ante el Oporto

Estar en una semana en la que se puede acceder a las semifinales de la Liga de Campeones y ser campeón de Liga sería un sueño para la mayoría de técnicos, pero no para Pep Guardiola, que vive uno de los momentos de máxima presión desde que llegó al Bayern.

La última vez que el Bayern necesitó remontar una eliminatoria en el Allianz Arena, como hoy ante el Oporto (3-1), cayó estrepitosamente eliminado por un 0-4 ante el Real Madrid la pasada temporada cuando llegaba con un 1-0 en contra del Bernabéu. La reacción de los medios alemanes, hasta entonces fascinados por cómo Guardiola había conseguido ganar a finales de marzo de 2014 la Bundesliga más rápida de la historia, fue furibunda.

"Sé como es trabajar en un club grande como el Barcelona o el Bayern. Aquí con ganar la Bundesliga no es suficiente. En mi profesión y en los equipos grandes, si pierdes no te dicen lo guapo que eres. Si gano, tengo razón y soy un genio táctico y si pierdo no sé dónde voy", dijo el catalán, quien aseguró que, pase lo que pase contra el conjunto luso, cumplirá contrato con la entidad bávara y se quedará, como mínimo, hasta el 30 de junio de 2016.

Cierto es que las circunstancias le sirven como atenuante por la plaga de bajas que sufre (Alaba, Benatia, Javi Martínez, Robben y Ribery). Sin embargo, en el peor momento del año, Guardiola negó estar ante la situación de más presión desde que es entrenador del Bayern. "Yo ya he visto cómo han luchado los jugadores, cómo se han apoyado entre ellos. Para mí esa es la principal victoria", se defendió Guardiola, quien señaló que tras la victoria del sábado ante el Hoffenheim por 0-2 dirigió una emotiva charla a sus futbolistas en el vestuario: "El sentido general fue decirles lo orgulloso que estoy de ellos, que pase lo que pase siempre serán mis ídolos y eso quedará para el resto de mi vida".

Pero ante el Oporto necesitará más que un emotivo discurso. "No nos clasificaremos sólo si corremos mucho. Sólo con coraje no lo conseguiremos. En mi vida sólo gané cuando jugué bien", afirmó. Pero el desafío para el técnico no está únicamente sobre el césped, sino también en los despachos. Con la dimisión del jefe médico del Bayern, Hans-Wilhem Müller-Wolhfahrt, el español se fortaleció al ver cómo el presidente de la directiva del club, Karl-Heinz Rummenigge, se ponía de su lado en el conflicto que mantenía con el carismático doctor hasta el punto de que el directivo le reprochó al galeno en Do Dragao que el equipo no hubiera podido recuperar a ninguno de sus lesionados. A Ribery, por ejemplo, se le diagnosticó una baja de cuatro días el 12 de marzo y hoy seguirá fuera de la convocatoria. Guardiola tendrá ahora que responder con resultados al apoyo del club.

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