En un Málaga en el que las energías no están rebosantes y falta el oficio en el centro del campo de Ignacio Camacho es de celebrar que Amrabat esté con ganas de fútbol en la temporada. Su hiperactividad fue ayer positiva. Hasta le metía presión a los recogepelotas en el tramo final. Tiró desmarque, peleó pelotazos divididos con los que hizo jugar al equipo y metió un gol de categoría reservada. Pero el resto del equipo no le acompañó a ese gran nivel.

Es raro ver a Weligton y Sergio Sánchez errando en salidas de balón. Ayer lo hicieron los dos. Pero, en general, la sensación es que el equipo no supo dominar el duelo cuando había hecho lo más complicado, perforar la meta de Fabricio. No se puede decir que Recio o Darder jueguen mal pero se echa de menos a Camacho ahí para equilibrar. Arriba, los Samus no han dejado de correr y trabajar como en sus épocas más brillantes pero les falta esa chispa desequilibrante para crear peligro.

Quedan cinco jornadas para acabar la temporada y el Málaga está en la séptima plaza. 15 puntos por disputar y un punto de ventaja sobre el Athletic. La presión, dice Gracia, es para los vascos. Los cambios de Duda y Javi Guerra le salieron bien a Gracia, pudieron cambiar el resultado. Pero dos puntos volaron de Martiricos.