OTRA semana sin ganar. Tras el pitido final, el público en su cara reflejaba el estado del equipo de preocupación a falta de cinco jornadas, ya que tanto Athletic como otros perseguidores dan mejores constantes vitales que el Málaga, rivales directos para la opción europea.

Javi Gracia salió con su once habitual, en el que Amrabat ya ha mostrado su seria candidatura a ser el líder del equipo. El holandés volvió a enseñar sus artes para desquiciar a la defensa: en velocidad, con regate y desmarques... El público le arengó en su particular teatro romano.

El Málaga no se preocupó por llevar el mando y este hecho le provocaba situaciones incómodas, principalmente debido al papel ausente de Darder y Recio. Ninguno de los dos requería el balón tanto en el inicio como en finalización debido a que los centrales decidían cuándo y cómo atacar. Así es difícil llevar el ataque combinativo al que nos tiene acostumbrado el equipo malagueño.

Otro de los problemas lo encontramos en las pérdidas de balón que se vieron. Tanto Weligton como Darder dejaron muestras de lo peligroso que es perder un balón en zona de creación, aunque no hubo que lamentar el gol en contra en sus fallos.

Los dos equipos nos ofrecieron una versión de contragolpe; tras recuperación, armaban ataques rápidos y con muchas unidades. Aunque el Deportivo neutralizó el ataque malaguista con una defensa adelantada y dejando en situaciones de fuera de juego en diferentes ocasiones a los delanteros blanquiazules.

Si cabe, el jugador más desequilibrante por los costados fue Boka, un jugador que basa su juego en potencia, buen golpeo y a veces filigranas que no dejan indiferente a nadie.

Con todo esto, llegó el premio de Amrabat, que soltó un latigazo en modo de mensaje de renovación. Sin merecerlo mucho, el Málaga se adelantaba en el marcador, pero no tardaría mucho en marcar Oriol Riera tras gran centro de Lucas Pérez a balón parado. En esta faceta Javi Gracia sigue demostrando su buen trabajo, sin embargo fue el propio Pérez el que estuvo a punto de finiquitar el partido con un tiro de falta a la madera. El Málaga tuvo tiempo para ganar el partido, pero Javi Guerra se encontró ante un paradón de Fabrizio.

Me gustó mucho Duda, dotó al equipo de último pase y puede ser una buena opción para darle al equipo más creatividad. De hecho, quizás sea un buen momento para refrescar más las alineaciones.

Ahora llega el viaje a Balaídos, donde el Málaga tendrá que jugarse su más que probable pase a Europa, cada vez con menor margen de error.