La sonrisa de Jamar Smith no parece impostada. Reluciente tras su primer día de trabajo con sus nuevos compañeros y a las órdenes de su nuevo técnico, el jugador norteamericano (28 años y 1.91 metros) transmitió ilusión y buenas intenciones en su primera comparecencia pública como jugador el Málaga. Llegó el viernes, preguntó por twitter dónde cenar y admitió que no se atrevió a coger el coche, por lo que cenó cerca de su casa, cerca del Paseo Marítimo Antonio Banderas. Dice que le fue bien y agradeció los consejos de los aficionados cajistas. "Encontré un sitio muy agradable", decía divertido.

Smith justificó su fichaje por el Unicaja porque "siempre he querido jugar en equipos de primer nivel y sé que Unicaja lo es, conozco su historia y quería formar parte de él. Decidí venir aquí porque cuando jugamos el año pasado me encantó su estilo de juego y me imaginaba jugando de esta forma, que se adapta a mis cualidades y que podía triunfar", explicaba el jugador nacido en Peoria (Illinois), que se definía como "un jugador y una persona con mucha energía. Me gusta cambiar el ritmo del partido, soy un gran tirador, muy duro en ataque y también en defensa, soy un buen compañero y trato de comunicarme en la pista para ayudar a hacer mejor a todo el mundo y a hacer que todos se sientan bien".

Jamar Smith, jugando para Limoges, coincidió el año pasado en la liga francesa con Edwin Jackson (Villeurbanne), un jugador con el que va a compartir posición. "Conozco a Jackson de Francia. Es un gran jugador todoterreno, puede atacar pero defender también, se crea sus tiros...Va a ser gran compañero", afirmaba el escolta, que espera que llegue su familia en breves fechas: "Ha sido el primer día que he compartido trabajo con mis compañeros pero veo muy buen feeling. Todos han intentado ayudarme, traduciendo y contándome cómo funciona todo…".

Como se ha explicado días atrás, Joan Plaza tiene en mente dar minutos a Smith como base. La polivalencia es una "virtud en esta plantilla", entiende el técnico catalán y una de las pruebas que esbozó es darle la batuta al antiguo escolta del Limoges: "Me siento cómodo jugando con balón y sin balón. Ya jugué de base toda la temporada en mi segundo año en Europa [Galil Gilboa de Israel] y mejoré en ese aspecto. También lo hice en algunos momentos puntuales de la temporada pasada en el Limoges cuando el equipo iba abajo en el marcador y se necesitaba cambiar. Tengo confianza en poder hacerlo bien si es necesario".

Smith reconoció que antes de firmar su contrato dialogó con Joan Plaza, que le dio a conocer las líneas maestras del proyecto. Ahora espera una charla más amplia sobre aspectos concretos del juego. Plaza tiene mucha fe en el fichaje de Smith. Le cogió la matrícula en el doble duelo contra el Limoges de la pasada temporada y el seguimiento efectuado aconsejó su fichaje, fermentado durante varios meses. Smith transmite y sonríe. Hay ganas de verle sobre la pista y cómo luce su fusil de tirador.