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El agujero del rebote

  • Este nuevo Unicaja parece haber perdido una de las señas de identidad que le llevó tan lejos la pasada temporada En dos de los tres partidos oficiales perdió la batalla bajo el aro

De este nuevo Unicaja plagado de virtudes, que ya ha rozado un título y ha demostrado oficio para llevarse el primer triunfo liguero de la temporada, sorprende tras los tres primeros partidos la fragilidad que ha evidenciado en una de las grandes armas que ha tenido el equipo desde que Joan Plaza llegó al banquillo malagueño, el rebote. En dos de los tres partidos oficiales, el conjunto cajista ha perdido la batalla bajo el aro con capturas menores a las que venía promediando en anteriores temporadas, sobre todo en estas dos últimas, donde llegó a liderar dicha estadística tanto en ACB como en Euroliga. Era casi costumbre oír a los entrenadores visitantes destacar ese apartado sobre el cuadro verde.

Quizá el caso más sangrante y que más ha llamado la atención fue lo de este domingo ante el UCAM Murcia. Contrastó el gran encuentro defensivo que realizaron los hombres de Plaza, con la escasa aportación reboteadora que tuvieron los Hendrix, Vázquez o Thomas. 36-23 fue el parcial entre ambos conjuntos, con apenas cuatro capturas ofensivas, otras de las grandes facetas que había caracterizado al plantel hasta la fecha.

Si bien es cierto que el técnico catalán prima la labor defensiva y los sistemas defensivos antes que el ataque, ha sorprendido los problemas que está teniendo el equipo a la hora de cerrar los rebotes. Sólo ante el Real Madrid, precisamente cuando los verdes ofrecieron la mejor imagen hasta la fecha, se mostraron superiores bajo el aro (36-32, con 16 capturas ofensivas). Esas cifras son las más reconocibles en las estadísticas de un Unicaja que, no hay que olvidar, sigue con su particular proceso de reconstrucción para adaptar a los nuevos fichajes a la dinámica de un equipo en pleno crecimiento.

El otro varapalo reboteador llegó en la final de la Supercopa ante el Barcelona, donde los de Xavi Pascual pasaron totalmente por encima de los malagueños en una segunda parte abrumadora por parte de los barcelonistas. 35-28 fue la diferencia reboteadora entre ambos equipos, con 10 segundas oportunidades obtenidas en ataque, una cifra que nada tiene que ver con las cuatro obtenidas en Murcia este fin de semana.

El balance entre los tres partidos es de -16 para el Unicaja en el rebote. Un aspecto que habrá que solventar antes de arrancar este jueves la Euroliga, una competición exigente que ya ha demostrado no perdonar los errores ni las concesiones. Hay trabajo por delante y jugadores que deben elevar el nivel ante lo ofrecido hasta ahora, pero nada mejor que trabajar con victorias bajo el brazo.

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