Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

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Retorno al gris (1-0)

  • El Málaga se desengancha de sus últimos buenos encuentros y concede la derrota frente a un Villarreal que mordió en la primera media hora Hubo reacción, aunque sin ocasiones claras.

Tan difícil es localizar los defectos en las noches grandilocuentes como detectar los puntos positivos después de una derrota clara. Los encuentros grises, como el que tuvo ayer el Málaga en El Madrigal, elevan sobremanera la tarea. El poso final de inoperancia tiñe cualquier análisis. Lo cierto es que el equipo no estuvo ayer para mucho carnaval, salió con la sonrisa borrada y recordó una cara que en las últimas jornadas se había olvidado. Timorato y algo pusilánime en la primera mitad, por ahí se le fue el partido, por más que después del descanso pusiera mayor empeño en recuperar parte del botín. Para entonces el Villarreal, equipo bragado que entendió a la perfección cómo desgajar el encuentro, se mostró impermeable y no hubo nada que hacer. Volver a ver esa faceta blanda del Málaga también es una manera de recordar lo bien que se están haciendo las cosas desde aquel punto de inflexión trazado en Vallecas.

Javi Gracia ya había alertado de las líneas maestras del choque. Una vez más, el técnico navarro demostró lo bien que prepara los partidos y estudia a sus oponentes. Porque, efectivamente, resultó un encuentro cerrado, de pocos goles y altas posibilidades de triunfo para quien se adelantara en el marcador. Lo lastimoso es que fue el Villarreal quien ejecutó esa estrategia con inteligencia. Los amarillos, que tienen un partido a cara de perro contra el Nápoles este jueves, sabían que no les convenía un choque muy físico ni abierto, así que salieron a por todas para tomar ventaja y luego poder administrarla. Apretaron y achucharon ante un Málaga que nunca aterrizó en el partido. El cántaro salió indemne en varias ocasiones y se partió en la ocasión aparentemente menos dañina. Porque Soldado no conectó el derechazo de su vida a los 18 minutos, si bien Kameni estuvo más que desacertado cuando debía ser una tarde para celebrar su ampliación de contrato. Se tiró tarde el camerunés y se tragó el disparo en su propia cara. Tocaba remar ante un rival enrachado.

No bajó el acelerador el Villarreal, que intentó dejar finiquitado el asunto al descanso, aunque hubo más merodeo que fuego. Pasada la media hora, empezó a espabilar el Málaga, que acusó la falta de referentes ofensivos. Si Camacho hace mejores a sus compañeros, Tissone provoca el efecto contrario. Se notó más la influencia del argentino y ello afeó las acciones ofensivas. De hecho, el mejor atacante fue Rosales desde su derecha. En una acción suya, aislada, Cop le ganó bien la espalda a Musacchio, aunque el cuerpo a cuerpo no le dejó rematar en las mejores condiciones frente a Areola, que salió a tiempo para abortar su zurdazo. Habría sido un tanto fundamental para encarar mejor el resto del partido, pero tocó seguir remando.

Arrancó más conservador el Villarreal en la segunda parte y algo más decidido el Málaga, que comenzó a jugar más en campo contrario. Más si cabe tras la entrada de Duda por Tissone, lo cual sacó a Pablo Fornals de la banda izquierda, donde lo intentaba sin éxito, para empezar a producir desde atrás. En un tramo de diez minutos comenzó a llover sobre la meta amarilla. Ciertamente, Areola tuvo más trabajo aéreo que otra cosa, pero la sensación de peligro la había retomado el Málaga, y las oportunidades a la contra del Villarreal escaseaban; los de Marcelino claramente empezaron a apostar por conservar el 1-0.

Sin ocasiones para Charles, sin el brillo de Juanpi en los últimos partidos y tampoco sin mucha chispa saliendo desde el banquillo, lo bueno es que el encuentro seguía abierto, a tiro de cualquier acción aislada que pudiera dar el empate. Pero no, ayer no era un día de milagros.

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